por 3DJuegos
23 de junio de 2025
Reinventarse. La industria de los videojuegos nos ha enseñado que aprender, experimentar y evolucionar son acciones vitales para mantener una IP a flote. Hemos sido testigos del salto a los gráficos 3D, de experimentos que no salieron del todo bien y de tendencias masivas tales como la apuesta por los mundos abiertos –a veces, vacíos– o la persecución actual y constante para encontrar una mina de oro en forma de juego como servicio. Las únicas que se libran de esta necesidad de cambiar son las franquicias retro cuyo atractivo principal reside en el hecho de que dejaron una huella imborrable en el sector hace tres o cuatro décadas con mecánicas innovadoras e ideas que les permitieron ocupar un hueco en los libros de historia del entretenimiento. Por ello, nadie esperaba que Bandai Namco usara a su mítico Pac-Man para dar vida a un metroidvania de ciencia ficción que, con el nombre de Shadow Labyrinth, apunta a establecerse como una de las mejores propuestas del género en este 2025.
El giro más inesperado de Pac-Man
Tras nacer entre paredes de laberintos, puntitos comestibles y fantasmas de colores, Pac-Man ha protagonizado un sinfín de aventuras y muchas de ellas tienen una base jugable que no se aleja mucho de la experiencia presentada por Namco en esa primera máquina arcade que explotó en popularidad allá por 1980. De hecho, muchos pensamos que Bandai Namco celebraría el 45 aniversario de su mascota con una colección de estilo old-school para los fans más acérrimos de la IP. Sin embargo, el equipo nipón ha preferido presentar un título de acción y plataformeo que ni siquiera tiene al mítico personaje amarillo como protagonista.
En su lugar, los jugadores se ponen en la piel del misterioso espadachín número 8 –Swordsman No.8– y el Comecocos, aquí con el nombre de PUCK, actúa como un acompañante flotante que incita al usuario a convertirse en "el depredador superior". Un argumento que, a su vez, da pie a la presentación de un Pac-Man capaz de otorgar habilidades ofensivas y que puede devorar criaturas gigantescas en momentos clave de la aventura.
Desde luego, que Bandai Namco haya preferido llevar su mascota a un territorio inexplorado dotándola de una personalidad más oscura y habilidades que rozan lo siniestro supone una reinvención de lo más particular de Pac-Man. Pero, más allá de establecerse como un giro de 180º de un personaje icónico de la industria de los videojuegos, Shadow Labyrinth también es una apuesta tan arriesgada como acertada. Porque, tras probarla durante más de 3 horas en distintos niveles y progresos, he podido comprobar que su propuesta encaja sorprendentemente bien entre las aventuras de acción y plataformas en 2D.

Un metroidvania laberíntico
Partiendo de lo básico, Shadow Labyrinth cumple con lo que podríamos esperar en un videojuego que busca colocarse en el mismo género de otras experiencias como Blasphemous o Hollow Knight. El mapa incita a la exploración, varios de sus recovecos requieren del uso de habilidades que se desbloquean a lo largo de la aventura y, por lo tanto, no teme en obligar al jugador a que regrese a puntos visitados previamente para descubrir nuevas rutas. Y, por el camino, encontramos un buen puñado de enemigos que requieren de nuestras mejores skills.
Durante mi prueba, me he sorprendido con lo variado de su plataformeo. Bandai Namco ha introducido bastantes desafíos de esos en los que el usuario debe saltar en el momento justo y adaptarse rápidamente al espacio en el que aterriza; todo ello haciendo uso de rayos letales, pinchos, baldosas que desaparecen, enemigos colocados en posiciones estratégicas y otros recursos que incitan al movimiento rápido y el buen uso de los reflejos. En muchos casos, el fallo provoca el mismo desenlace: un golpe, fundido a negro y la necesidad de repetir todos los pasos para superar la zona. Es estricto, pero las áreas no presentan una dificultad extrema y dominarlas no lleva mucho tiempo ni intentos.
El plataformeo es variado y el diseño de niveles es tan laberíntico como el que esperaríamos de un videojuego basado en Pac-Man.
Y Bandai Namco se ha asegurado de que los elementos propios de la experiencia original de Pac-Man estén presentes, a su manera, en Shadow Labyrinth. Su diseño de niveles bebe claramente de la navegación laberíntica que vimos en aquella máquina arcade de 1980 –así como en sus muchas versiones posteriores– y su exploración está hecha para llevar a los jugadores a través de rutas con múltiples ramificaciones y un buen puñado de callejones sin salida. Si bien es cierto que el jugador está obligado a meterse en este embrollo de pasillos angostos para abrir nuevos caminos y avanzar en la aventura, no es crucial conocer al dedillo todos los rincones del mapa. Aún así, el juego recompensa la curiosidad de nuestro espadachín número 8 con consumibles útiles y objetos que profundizan en la historia de este mundo de ciencia ficción.
No obstante, lo más particular en lo que respecta al plataformeo de Shadow Labyrinth es la implementación de raíles azules en los que nuestro protagonista se convierte en PUCK, en el mismísimo Pac-Man, para avanzar. Es probable que lo hayas visto en el tráiler y puedo asegurarte que pasar por estas áreas es más divertido de lo que parece, pues Bandai Namco incluye una serie de obstáculos, tales como sierras que se mueven lentamente por las líneas, que obligan al Comecocos a realizar saltos controlados para evitar recibir un golpe. No deja de ser otro desafío de plataformeo, pero recorrer dichas zonas ha sido verdaderamente entretenido y me he quedado con la curiosidad de ver otros acercamientos a la fórmula.

De comer puntos amarillos a devorar criaturas inmensas
Donde Bandai Namco se ha visto obligada a ser más creativa es en el combate de Shadow Labyrinth. Con un set de ataques simples –incluyendo un combo de tres golpes–, habilidades intercambiables y extras tales como el parry, el título ofrece batallas dinámicas y diversas opciones de personalización para encontrar el estilo de juego perfecto. Y es vital aprender a dominar el movimiento del espadachín número 8 y el alcance de sus golpes, pues el juego no teme en mandar oleadas de enemigos en ciertos momentos para poner a prueba al jugador.
La acción de devorar tan propia de Pac-Man aquí se establece como un extra imprescindible para el usuario
Aquí vale la pena destacar los enfrentamientos contra jefes y la transformación GAIA. Por un lado, Bandai Namco ha reimaginado los fantasmas de Pac-Man y los ha incluido en Shadow Labyrinth como jefes a los que derrotar; por poner un ejemplo, en la prueba he podido combatir contra una especie de criatura mecánica claramente inspirada en Pinky, el fantasma de color rosa. Por otro lado, el jugador puede activar temporalmente una forma superior denominada GAIA que, uniendo al espadachín con PUCK, da lugar a una especie de mecha mucho más poderoso. Es una opción impresionante, sí, pero personalmente me ha sido más útil dominar el parry –incluso en los combates más complicados– que hacer uso de esta versión mecánica.
Lo que sí es verdaderamente útil es la posibilidad de devorar enemigos caídos. Tal y como comentaba más arriba en este mismo texto, Shadow Labyrinth presenta una versión más siniestra de Pac-Man que se come a los oponentes derrotados para adquirir sus poderes. Y, si bien es cierto que dicha novedad permite acceder a habilidades adicionales que sirven para avanzar en la aventura, también vale la pena señalar que el jugador puede activar esta opción en cualquier momento para tragar cadáveres y obtener piezas de crafteo, ideales para elaborar otros ítems de utilidad. Por lo tanto, y teniendo en cuenta que todo esto sirve para ampliar nuestra gama de movimientos de combate y exploración, la acción de devorar tan propia de Pac-Man aquí se establece como un extra imprescindible para el usuario.

Un nuevo (y prometedor) Pac-Man
Aún quedan varias incógnitas alrededor de Shadow Labyrinth. Personalmente, tengo curiosidad por ver cómo se integra esta nueva versión de Pac-Man en su historia, compuesta asimismo por personajes que rinden homenaje a otras IP clásicas de Bandai Namco como Bosconian o Dig Dug, y cuáles son sus intenciones con el espadachín número 8. A fin de cuentas, el episodio de Secret Level –la serie-antología de videojuegos de Amazon Prime– dedicado a Pac-Man indica que esta bola amarilla metalizada no es precisamente trigo limpio.
Sin embargo, en lo que respecta a su experiencia jugable, Shadow Labyrinth cumple con todo lo que podríamos esperar de un metroidvania notable y logra destacar con unas particularidades estilo Pac-Man que encajan muy bien con su contexto de ciencia ficción y su jugabilidad en general. La exploración recompensa a los más curiosos con ítems y pedacitos de lore, los combates requieren de precisión y reflejos, y sus áreas con raíles de Pac-Man son un interesante y fresco añadido a la fórmula del plataformeo. No esperaba que el clásico Comecocos pudiera reinventarse de una forma tan particular y ajena a su versión original, pero tengo ganas de saber cómo será su versión definitiva cuando Shadow Labyrinth esté disponible el 18 de julio.
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La noticia
Pac-Man ha pasado de comer puntos a devorar monstruos gigantescos, y lo que te puedo decir tras jugar tres horas a Shadow Labyrinth es que ya no lo imagino de otra forma
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Brenda Giacconi
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