17 de julio de 2025
Cuando pensamos en formas de reducir la factura eléctrica, las placas solares suelen ser una de las primeras opciones que se nos vienen a la mente… al menos en teoría. Sin embargo, para esta familia, la experiencia resultó ser todo lo contrario: un auténtico desastre provocado por un fallo tan pequeño como inesperado.
Así lo relata un usuario polaco, que explica cómo su familia apostó por una instalación fotovoltaica con la intención de ahorrar en el recibo de la luz. Pero, con el paso del tiempo, comenzaron a notar algo extraño: las facturas no solo no bajaban, sino que se disparaban, llegando a pagar mucho más que antes de tener paneles solares.
La culpa es que los números no cuadraban
Los hechos tienen lugar en Polonia y en ellos, un usuario comparte en este foro especializado en energía, su experiencia tras cinco años de tener placas solares instaladas en su vivienda. Estaba pagando mucho más que antes.
Y eso que durante todo ese tiempo, las facturas de electricidad habían sido estables, sin sorpresas. Sin embargo, todo cambió con la introducción de un nuevo sistema de facturación bimensual. A partir de ese momento, las cifras comenzaron a dispararse sin explicación lógica. En solo cuatro meses, la familia recibió una factura de más de 2.600 zlotys, algo completamente fuera de lo normal si se comparaba con los registros habituales de consumo.
La app del inversor reflejaba una generación estable y eficiente, lo que hacía pensar a la familia que los más de 30.000 zlotys invertidos (unos 7.000 euros) se recuperarían en menos de diez años. Y aquí había un choque con lo que medía el contador instalado por la compañía eléctrica.
Mientras el inversor reflejaba una producción energética correcta y estable, el contador mostraba un consumo desproporcionado, que no se correspondía con el uso real de la vivienda. Intentaron contactar con la empresa distribuidora de electricidad y con el operador responsable del contador, pero no obtuvieron respuestas claras. La información era contradictoria y, en muchos casos, los agentes se limitaban a pasar la responsabilidad a otros departamentos.
En vista de la falta de soluciones por parte de las compañías, decidieron llevar a cabo una acción más firme: enviar el contador a un laboratorio especializado para que lo analizaran. Este procedimiento implicaba desmontar el medidor y colocar uno provisional mientras se realizaban las pruebas. Aunque en un principio temían tener que asumir el coste del análisis, sabían que, si el resultado demostraba que el dispositivo era defectuoso, la empresa eléctrica tendría que cubrirlo.
El resultado del examen confirmó sus sospechas: el contador estaba averiado y registraba consumos incorrectos. Tras sustituirlo por uno nuevo, las siguientes facturas se redujeron drásticamente. En la siguiente emisión, por ejemplo, solo se les facturaron 140 zlotys, de los cuales solo 75 correspondían al uso real de electricidad. Este dato evidenció que las anteriores facturas infladas no eran culpa del sistema fotovoltaico, sino de un fallo técnico en el contador.
Esta experiencia sirvió como lección tanto para ellos como para otros usuarios que se encontraban en situaciones similares. Por ejemplo, comprobar con frecuencia si las cifras coinciden (las del inversor con las del contador), ya que una discrepancia puede ser señal de un fallo. También es importante registrar cada anomalía con pruebas gráficas —como fotografías de los medidores— y solicitar una revisión formal por escrito, ya que el operador de red tiene la obligación de responder en un plazo de 14 días.
Imagen portada | Iván Linares
Vía | Android.com
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La noticia
Querían ahorrar en la luz instalando placas solares y terminaron pagando mucho más hasta que tomaron una decisión drástica
fue publicada originalmente en
Xataka Smart Home
por
Jose Antonio Carmona
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