17 de julio de 2025
En pocos años plataformas como Airbnb u Holidu han ido ganando en popularidad en el alquiler vacacional compitiendo con los modelos clásicos de hoteles, apartamentos e incluso campings. Y la fórmula ha funcionado tan bien que ha dado el salto al arrendamiento de piscinas y jardines particulares por horas o días.
La fórmula cuajó en Francia, saltó a España, y ahora se expande a diferentes regiones con miles de operaciones anuales realizadas a través de plataformas como Swimmy o Cocopool que se encargan de conectar a arrendatarios y arrendadores de forma similar a lo que ocurre con el alquiler vacacional.
La dinámica es básicamente la misma: el dueño de una piscina con o sin jardín se la alquila a otros usuarios generalmente desconocidos, por horas o días enteros a cambio de un precio pactado. Y también se pueden añadir servicios extra como una barbacoa, pérgolas, acceso al salón, zona de refrigeración, al jardín, etc.
La oferta ha crecido especialmente desde la pandemia y actualmente podemos encontrar múltiples ofertas para todos los gustos y economías, con precios desde 4 o 5 la hora para las más modestas hasta 32 euros la hora para las de gama media alta o incluso hay piscinas más de lujo por las que se piden cientos de euros.
Soy propietario: qué ventajas e inconvenientes tengo
Como propietario de una piscina la principal ventaja que podemos buscar al apuntarnos a estas plataformas es lógicamente el rendimiento económico. ¿Se puede ganar mucho? Pues eso ya dependerá de cómo sea nuestra piscina, del interés que suscite y de cómo enfoquemos el negocio.
Por ejemplo, no es lo mismo que la alquilemos de forma puntual unas pocas veces al mes para sacar un dinerillo extra que si lo planteamos como un alquiler "a destajo" cada día cubriendo todas las horas posibles.
Cocopool por ejemplo asegura que el anfitrión de la Comunidad de Madrid que más ingresos generó la temporada pasada se embolsó alrededor de 9.000 euros. "Y la mayoría se sitúa por encima de los 4.000", según el CEO de la empresa. Otras fuentes hablan de 10.000 euros o incluso elevan los ingresos a unos 12.000 euros.
Parecen cifras de lo más jugoso a las que lógicamente hay que restar los posibles gastos que podamos tener, pero a priori llaman mucho la atención. Además, en principio actualmente no es necesario tener una licencia turística para alquilar tu piscina a través de estas plataformas, ya que no va a haber pernoctación. Eso sí, habrá que declarar los ingresos obtenidos y tributar en consecuencia.
Hasta aquí las principales ventajas para el propietario. Pero antes de ir como locos a darnos de alta es necesario saber que no todo es tan bonito como nos cuentan. Por ejemplo, en este artículo de The Washington Post se comenta que estas modalidades de alquiler han dado lugar a conflictos vecinales y denuncias por los malos usos que se puedan dar de las instalaciones. La mayoría de casos suelen ocurrir por fiestas o eventos que ocasionan molestias a otros propietarios cercanos.
Y es que, si bien es cierto que en general tú pones las normas, eliges quien viene a tu piscina, si serás quien reciba a los bañistas o no, qué comodidades y espacios de tu casa habilitas, etc., también lo es que serán desconocidos que pueden ser muy educados y respetuosos o tal vez no tanto.
Si los bañistas no se comportan como deben, las plataformas indican que al final es tu casa y "deberás avisarlos", pudiendo echarlos en cualquier momento. Esto es algo que parece fácil sobre el papel, pero en la práctica te convierte en vigilante de seguridad sin autoridad legal ninguna, por lo que podemos estar sujetos a conflictos que nos superen y no podamos solventar sin ayuda de las fuerzas de seguridad.
Además, como señalan desde Swimmy, alquilar tu piscina a un desconocido (o a un miembro de tu familia o amigo) te expone a ciertos riesgos de los que eres o puedes llegar a ser responsable:
- Los accidentes físicos de las personas
- Los daños materiales
Por ello desde la plataforma recomiendan a los propietarios contratar o revisar el seguro de responsabilidad civil de sus viviendas para conocer si están cubiertos los accidentes corporales que puedan sufrir sus invitados.
Swimmy por ejemplo promete ocuparse de "cubrir todos los daños materiales que los invitados puedan causar durante el alquiler siempre que la piscina cumpla una serie de condiciones" establecidas en su web. Desde el servicio de Cocopool explican que "la compañía no es responsable civil ni penalmente de los daños personales que puedan sufrir los usuarios derivados de un accidente o cualquier otro motivo."
Finalmente, señalar que como propietario puedes decidir si los usuarios en teoría pueden acceder al resto de tu casa o no, permitiendo que los bañistas solo accedan a la zona de la piscina y a los espacios permitidos en tu anuncio. Sin embargo, sí es obligatorio tener acceso a un baño, ya sea en el exterior o dentro de la vivienda.
Soy usuario: qué ventajas e inconvenientes tengo
Como posible cliente de este servicio la principal ventaja que encontramos es que se amplían nuestras posibilidades de disponer de acceso a una piscina o jardín en nuestra zona, algo que puede venir bien en lugares muy tensionados con mucha población donde las instalaciones municipales están siempre saturadas.
Podemos disponer de una mayor variedad de oferta con precios para casi todos los presupuestos y con un uso aparentemente más privado, puesto que podemos alquilar la piscina solo para nosotros o con más gente, pero normalmente serán grupos muy reducidos.
También podemos tener acceso a barbacoas y zonas de descanso, en función de lo que alquilemos, siendo una buen alternativa para pasar un día de vacaciones o incluso varios seguidos si así lo acordamos con el propietario.
Los pagos se realizan desde la web o aplicación y podemos ir variando de piscina a lo largo del verano para ir probando varias. Todo un lujo por poco dinero y sin ocuparnos del mantenimiento.
Pero quizá este último es uno de los principales inconvenientes del servicio, ya que en general no sabemos cómo de limpia estará el agua ni si cuenta con la higiene adecuada. Podemos pensar que esto es igual que en las piscinas públicas y hasta cierto punto podemos tener razón. Pero no es del todo igual.
El problema es que mientras que en las piscinas públicas se han de pasar obligatoriamente por ley una serie de controles exhaustivos sobre la higiene y calidad del agua y zonas aledañas, en las piscinas privadas en principio no hay control ninguno. Cada uno pone sus reglas y decide cómo y cuándo limpia el agua. Puede que el dueño la cuide correctamente y controle bien cuánto cloro hay... o no.
Incluso puede que para mantener el agua desinfectada se peque por exceso de cloro, ya que al final es un producto relativamente barato, y al final tengamos problemas en la piel, ojos rojos, etc.
Tampoco es obligatorio contar con socorrista ni medidas de seguridad adicionales como sí sucede en las piscinas públicas o incluso en las privadas de una comunidad de propietarios. Si hay algún problema tienes que solucionarlo por tu cuenta.
Como vemos, las ventajas de este tipo de alquileres son múltiples tanto para los usuarios como para los dueños de las piscinas, lo que ha hecho proliferar tanto la oferta como la demanda. No obstante, conviene valorar si nos merece la pena conociendo todos los inconvenientes antes mencionados.
Imagen portada | Pixabay
Más información | Swimmy | Cocopool
En Xataka Smart Home | Las depuradoras de cartucho de tu piscina desmontable: cómo usarlas para gastar lo menos posible y cuándo merecen la pena
-
La noticia
Alquilar piscinas y jardines por horas en verano: lo bueno y lo malo tanto si eres usuario como propietario
fue publicada originalmente en
Xataka Smart Home
por
Paco Rodríguez
.