por elmostrador
18 de julio de 2025
El exmandatario es imputado de orquestar un golpe de Estado en 2022 contra el entonces electo presidente Lula da Silva. Las medidas ocurren en medio de los embates económicos anunciados por Donald Trump, quien expresó su solidaridad con Bolsonaro y confió en un “mando de rumbo” en Brasil.
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, procesado por intento de golpe de Estado y objeto de diversas medidas cautelares dictadas este viernes, llegó a la sede de la Policía Federal en Brasilia, trasladado por agentes para que le sea colocada una tobillera electrónica, como determinó la Corte Suprema de Brasil.
La propia Policía Federal se ocupó de conducirle hasta su sede, después de registrar a primera hora la residencia de Bolsonaro en la capital en una acción ordenada por el máximo tribunal, responsable por el juicio en que el líder de la ultraderecha responde por intento de golpe de Estado en 2022 contra el entonces electo Luiz Inácio Lula da Silva. La Fiscalía lo acusa de cinco delitos, entre ellos golpe de Estado y abolición violenta del Estado democrático de derechos. Estas penas sumadas pueden llegar a los 40 años de prisión.
Aunque aún no se ha hecho oficial, estas decisiones pueden obedecer a sospechas de la Fiscalía -que actúa como parte acusadora en el proceso- en el sentido de que Bolsonaro podría estar incurriendo en maniobras para obstruir la acción judicial e incluso planificando una fuga del país.
Entre otras medidas cautelares dictadas este viernes, además del uso de la tobillera electrónica, figura también una prohibición de acercarse a embajadas o comunicarse con diplomáticos extranjeros y también de utilizar sus redes sociales, en las que suele tener una febril actividad, descalificando siempre el proceso en su contra.
Estas nuevas diligencias fueron decididas en medio de la presión del presidente de EE.UU., Donald Trump, para que se detenga el juicio contra el líder ultraderechista, a quien considera víctima de “una caza de brujas”. Trump anunció la semana pasada un arancel adicional del 50 % a las importaciones brasileñas y, entre los motivos, citó en primer lugar la “persecución” que, a su juicio, sufre Bolsonaro.
Bolsonaro es acusado de liderar, junto con antiguos ministros y militares de alto rango, un complot golpista para mantenerse en el poder tras su derrota en las elecciones de 2022, que ganó el actual mandatario, el progresista Luiz Inácio Lula da Silva.
El diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del exmandatario, está desde marzo pasado en Estados Unidos y se ufana de haber convencido a parlamentarios de ese país a urgir al gobierno de Trump a aplicar sanciones a los jueces responsables del proceso y al propio Brasil, convencido de que en el país se ha instalado una “dictadura”.
El líder republicano también criticó supuestas órdenes “secretas” e “ilegales” del Supremo brasileño para el bloqueo de perfiles en redes sociales dedicados a diseminar noticias falsas contra las instituciones democráticas. Este jueves, Trump envió una carta de apoyo a Bolsonaro en la que confió en un próximo “cambio de rumbo” del Gobierno de Brasil y pidió el fin del supuesto de “régimen de censura” que impera en el país.