por Fayerwayer
17 de julio de 2025
Mientras la mayoría de los mininos cazan ratones por diversión, Pepper, un gato negro con instintos de Sherlock Holmes felino, ha colaborado en dos ocasiones con la ciencia: primero detectó un paramixovirus inédito, y ahora sirvió de “honorable mensajero” para revelar un Orthoreovirus desconocido hasta hoy.
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El curioso caso de Pepper, el gato virólogo
Pepper no lleva bata blanca, pero sus méritos son innegables. Este sigiloso cazador le entrega a John Lednicky, virólogo de la Universidad de Florida, cualquier “trofeo” que encuentra en el jardín. Y Lednicky, en lugar de darle un caramelo, mete esas presas directamente al laboratorio.
Su método: “Si un animal aparece muerto, ¿por qué enterrarlo cuando puedes diseccionarlo y buscar virus?” Sólo así se descifra un mundo microscópico.
Segundo asalto: despidiendo al Orthoreovirus desconocido
El nuevo descubrimiento llegó cuando Pepper regaló una musaraña recién cazada. Al secuenciar el ARN viral de la pobre criatura, Lednicky y su equipo dieron con una cepa hasta entonces no catalogada: el Orthoreovirus de mamíferos musaraña de Gainesville tipo 3 cepa UF-1.
Aunque este género viral ya se sabe que infecta a humanos y otros mamíferos, nadie había identificado este linaje específico… hasta ahora.
De paramixovirus a Orthoreovirus: el récord gatuno de Pepper
El año pasado, Pepper ya se había convertido en noticia científica por su intervención en el hallazgo del primer jeilongvirus detectado en EE. UU., un miembro de la familia Paramyxoviridae que puede saltar entre especies.
Aquella vez el mundo se preguntó si un gato podría convertirse en colaborador oficial de un laboratorio… y Pepper contestó con un contundente “miau” de aprobación.
¿Qué sabemos (y qué no) sobre este nuevo Orthoreovirus?
Los Orthoreovirus de mamíferos solían considerarse “huérfanos” porque, a pesar de hallarse en humanos, no estaban ligados a enfermedades específicas. Sin embargo, estudios recientes los asocian con cuadros respiratorios, neurológicos y digestivos, especialmente en niños.
Emily DeRuyter, autora principal del artículo publicado en Microbiology Resource Announcements, insiste en la cautela: “Todavía falta información para alarmarse. Pero debemos vigilar estos virus y aprender a detectarlos con agilidad.”
El plan de investigación tras el descubrimiento
Con las secuencias genómicas ya depositadas, el equipo de la Universidad de Florida prepara ensayos serológicos e inmunológicos. Quieren dilucidar si esta cepa de musaraña puede infectar células humanas, cómo se transmite y hasta qué punto podría afectar la salud pública.
En definitiva, transformar los hallazgos de Pepper en protocolos de vigilancia virológica.
Reflexión final: ¿más colegas de cuatro patas?
Entre maullidos y ratones, Pepper demuestra que la naturaleza puede ser la mejor colaboradora científica… si sabemos dónde buscar. Quizá pronto otros dueños de mascotas científicas compartan sus “descubrimientos” felinos o caninos.
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Pero, mientras tanto, un aplauso para este gato prodigioso, que confirma que la ciencia puede estar... ¡detrás de tu puerta trasera!