por Espinof
1 de julio de 2025
La figura del guionista-productor y del guionista-corrector serán esenciales en el futuro en la profesión
No pasa un solo día sin que muchos de los que nos dedicamos a cualquier ámbito creativo nos preguntemos cuáles serán nuestras funciones dentro de un tejido industrial y artístico en el que la inteligencia artificial está ganando cada vez más peso. Está claro que nuestros trabajos no van a desaparecer —ese miedo está más que superado—, pero sí que van a ver cómo sus dinámicas y procesos cambian drásticamente, incluyendo disciplinas tan inherentemente humanas como la escritura.
Guionista-productor, guionista-corrector
Durante su última aparición en el siempre interesantísimo podcast Scriptnotes, conducido por John August —'Big Fish'— y Craig Mazin —'Chernobyl'— y que siempre os recomiendo encarecidamente escuchar, Christopher McQuarrie, que acaba de estrenar su flamante 'Misión: Imposible - Sentencia Final' ha compartido su punto de vista sobre el futuro del oficio, y pasa por un cambio de chip más que necesario por parte de los guionistas, que deberán dejar atrás eso de entregar el material y ponerse a otra cosa.
Según el cineasta, la supervivencia de los escribas estará ligada a su evolución a la figura de "guionista-productor" y a su implicación en la fase de producción de la película o serie de turno que han proyectado sobre el papel.
"Hay mucho dogma en torno a ser guionista, a cuál es el rol de un guionista y también a lo que los guionistas quieren hacer. Creo que el futuro pertenece al guionista-productor. Tienes que ser alguien que no solo escribe el material, sino que además esté presente para ayudar a ejecutarlo, supervisarlo y entregarlo. Hay que salir del esquema mental de 'yo escribo un guion y se lo doy a otra gente para que hagan la película como creo que debe hacerse'. Hay que alejarse de eso. Ese futuro nunca ha sido prometedor. Realmente creo que ese futuro está condenado. Y ahora tienes que competir con una máquina".
Ahora bien: ¿Qué papel tiene la inteligencia artificial en todo esto? McQuarrie defiende la idea de que la IA terminará convirtiéndose en una herramienta no para los guionistas, sino para los ejecutivos, y esto tiene todo el sentido del mundo. En muchas ocasiones, los tiempos para cerrar acuerdos de proyecto entre compañías son incompatibles con los necesarios para firmar un contrato en condiciones con un guionista y que este desarrolle un borrador para vender un proyecto, y ahí es donde entrarían en juego ChatGPT y sus colegas.
"Da igual si escribes tú el guion o lo escribe la máquina para ese ejecutivo de estudio que no sabe escribir y no quiere contratar a otro guionista o no tiene tiempo. Todo evolucionará desde un 'sí, me gustaría contratar a un guionista, pero me llevará tres semanas cerrar su contrato', y luego esa persona se marchará y tendrá un número de semanas estipulado por contrato antes de entregar un borrador, etc., etc., etc. Pero yo tengo que entregar esto en tal o cual momento, en 48 horas, porque tenemos esta ventana de oportunidad y esta persona solo está disponible durante estos días. Habrá una serie de compromisos razonables que harán que esto se convierta en una necesidad y en un mal necesario".
Con la IA como una generadora de contenido express para estudios ansiosos con la misma habilidad que un señor con corbata y maletín sin idea de cómo juntar tres frases de forma coherente, el guionista quedaría convertido en el artista que salve el día al traducir lo que, a día de hoy, son textos vagos, genéricos y, por qué no decirlo, bochornosos —los clichés y los diálogos sin sentido están a la orden del día—, a libretos con sentido y, lo que es más importante, con esa voluntad discursiva inherentemente humana.

"El guionista que esté al otro lado, la persona que podrá ganarse la vida, será quien arregle lo que la IA ha estropeado y pueda después llevarlo adelante, entregarlo y ejecutarlo. Siempre se va a necesitar a un ser humano que lo monte todo, del mismo modo que la IA, hoy por hoy, haga lo que haga, necesita personas. Necesita manipular y gestionar a seres humanos en el mundo real para que tiren de las palancas y pulsen los botones".
¿Tiene la visión de Christopher McQuarrie una lógica aplastante? Sin ningún tipo de duda. ¿Estarán muchos guionistas contentos con la idea de convertirse en correctores de la IA generativa? Actualmente cuesta creerlo, pero la deriva del negocio parece apuntar directamente a ello. Siempre y cuando el esfuerzo sea menor al de desarrollar una idea desde cero y plasmarla en 100 páginas, y el cheque sea el mismo —o algo más jugoso—, todo sería cuestión de hablarlo.
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La noticia
Christopher McQuarrie, director de 'Misión Imposible - Sentencia Final': "El guionista será quien arregle lo que ha estropeado la IA"
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Espinof
por
Víctor López G.
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