por Fayerwayer
23 de junio de 2025
DeepSeek, la startup china que a principios de 2024 hizo ruido asegurando que sus modelos de IA rivalizan con los de OpenAI y Meta, ha llamado la atención de Washington… pero no precisamente por sus logros científicos.
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Según funcionarios del gobierno de EE. UU., la compañía no solo estaría aprovechando tecnología occidental para impulsar su desarrollo, sino que también estaría colaborando activamente con el ejército chino.
Y por si eso no bastara, DeepSeek también habría ideado un complejo entramado de empresas fantasma en el sudeste asiático para colarse por la puerta trasera del comercio de chips avanzados.
¿La idea? Conseguir semiconductores de alta gama, como los codiciados H100 de Nvidia, que no pueden enviarse a China por las restricciones de exportación impuestas por EE. UU.
IA, vigilancia y un poquito de espionaje digital
Un alto funcionario del Departamento de Estado le confirmó a Reuters que DeepSeek ya ha brindado apoyo tecnológico directo al Ejército Popular de Liberación (EPL) y otras entidades de inteligencia chinas. No se trata solo de tener modelos de IA disponibles en código abierto —el vínculo va más allá—.
Según esta fuente, la empresa estaría compartiendo datos de usuario y estadísticas con el aparato de vigilancia del gobierno de Beijing.
¿Un dato curioso (y preocupante)? DeepSeek aparece mencionada más de 150 veces en registros de adquisiciones del EPL. Aunque Reuters no pudo verificar cada caso, la magnitud sugiere una relación más profunda que la de simples colaboraciones académicas o licencias de software.
Las sombras del acceso a chips prohibidos
Desde que EE. UU. impuso restricciones a la exportación de chips como el H100 de Nvidia, muchas compañías chinas se las han ingeniado para encontrarlos por otras vías. DeepSeek, al parecer, intentó acceder a estos recursos a través de servidores en el extranjero y mediante empresas pantalla en el sudeste asiático.
Según el mismo funcionario, la empresa ha logrado hacerse con un “volumen significativo” de chips avanzados —aunque fuentes del sector aseguran que no llegan ni por asomo a los 50.000 que se llegaron a declarar en una entrevista—.
Mientras tanto, Nvidia afirma que sus registros apuntan a que DeepSeek compró legalmente modelos menos potentes, como el H800.
¿Y ahora qué? EE. UU. observa… pero no sanciona (todavía)
A pesar de las sospechas y la creciente evidencia, DeepSeek no ha sido incluida en ninguna lista negra comercial de EE. UU. De hecho, gigantes tecnológicos estadounidenses como Microsoft, Google y Amazon todavía ofrecen sus servicios en la nube a clientes que utilizan DeepSeek.
El contexto no ayuda: la legislación china obliga a todas las empresas tecnológicas a compartir datos con el gobierno si este lo solicita, una situación que genera enorme inquietud en países donde la privacidad digital es un asunto más delicado.
De ahí que los analistas se pregunten cuánto tiempo más dejará EE. UU. pasar por alto este tipo de casos. En resumen: DeepSeek no solo está desarrollando modelos de IA de última generación, sino que podría estar haciéndolo con tecnología estadounidense y para fines militares chinos.
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Y mientras los funcionarios en Washington afinan la lupa, el mundo sigue mirando —con creciente suspicacia— cómo se desarrolla el próximo capítulo en esta nueva Guerra Fría tecnológica.