por AdnRadio
17 de julio de 2025
El uso excesivo del teléfono inteligente está afectando la salud física y emocional de millones de personas en el mundo. En promedio, cada persona pasa unas 4 horas y 37 minutos diarias frente a su celular, y lo revisa cerca de 58 veces al día.
Aunque muchas veces se justifica por trabajo, estudio o necesidad de información, diversos estudios demuestran que existe una creciente adicción al dispositivo, con consecuencias negativas para el bienestar.
Especialistas como Zaheer Hussain, científico social de la Universidad de Nottingham Trent, advierten que el uso problemático del celular está asociado a síntomas de ansiedad, depresión, trastornos del sueño, dolor de cuello y espalda, fatiga visual e incluso alteraciones en la memoria y la concentración.
“El problema es que los teléfonos y redes sociales se apoderan de nuestras vidas si no establecemos límites”, afirma.
El psicólogo Jay Olson, de la Universidad de Toronto, ha desarrollado una intervención basada en “empujoncitos” (nudge-based intervention), que incluye pequeños cambios de conducta para hacer menos atractivo el uso compulsivo del teléfono.

Uso de celulares / Carol Yepes
Esta estrategia busca no depender solo de la fuerza de voluntad, sino incorporar obstáculos intencionales al uso automático del celular.
Métodos recomendados para reducir el uso del teléfono
Entre los métodos más recomendados por la ciencia para reducir esta adicción están:
- Dejar el celular fuera del dormitorio o alejado durante la noche.
- Ubicarlo en otra habitación mientras se trabaja o estudia, obligando a desplazarse para revisarlo.
- Reducir o eliminar notificaciones, activando modos como “No molestar” o desactivando sonidos y vibraciones.
- Modificar la interfaz del teléfono, configurando la pantalla en blanco y negro o eliminando redes sociales de la pantalla de inicio.
- Usar apps de control de uso, como Forest, Space, Flipd o Screentime, que ayudan a limitar el tiempo de pantalla o bloquean aplicaciones distractoras.
- Crear códigos de acceso más largos o incómodos, para dificultar el desbloqueo constante.
Estudios también indican que reemplazar el tiempo frente al celular con actividades físicas o el contacto con la naturaleza mejora significativamente el bienestar emocional. Salir al aire libre, hacer deporte o simplemente caminar puede reducir la ansiedad y el estrés vinculados al uso excesivo del móvil.
El consenso científico sugiere combinar varias de estas estrategias para lograr un cambio efectivo y duradero.
Y si el uso del celular afecta seriamente la salud mental, las relaciones o la vida cotidiana, se recomienda buscar ayuda profesional. Terapias como la cognitivo-conductual (TCC) pueden ser clave para cambiar hábitos y afrontar la adicción desde su raíz.