por elmostrador
18 de julio de 2025
Creemos firmemente que el futuro de un emprendedor no puede depender del lugar donde nació, del colegio al que fue o del acceso que tuvo a la tecnología.
En Chile, el talento está en todas partes, pero las oportunidades no. Esta es una realidad que vemos a diario en el G100, donde trabajamos con emprendedoras y emprendedores de Arica a Punta Arenas. Personas llenas de ideas, con ganas de crecer, pero que muchas veces se enfrentan a barreras estructurales que frenan su desarrollo. Una de ellas –hoy más que nunca– es la brecha en el acceso a herramientas digitales.
El último estudio Radar Emprendedor G100, que realizamos junto a Criteria, entrega señales alentadoras pero también desafíos urgentes. Por un lado, el 87% de los emprendedores utiliza redes sociales para potenciar su negocio, lo que habla de una rápida apropiación de plataformas digitales. Más aún, un 48% ya ha comenzado a incorporar inteligencia artificial (IA) en sus procesos. Esta cifra es una luz de esperanza: la IA ya no es un concepto lejano, sino una herramienta real en manos de quienes están aportando al país desde sus barrios, talleres y cocinas.
Sin embargo, también observamos con preocupación que esta adopción no es igual para todos. Las mujeres lideran el uso de IA (50% frente al 41% de los hombres), demostrando que, cuando hay acceso, hay avance. Pero entre los mayores de 50 años, la cifra cae drásticamente al 27%. ¿Qué nos dice esto? Que la tecnología sí está llegando, pero aún no de manera equitativa.
Nuestro gran desafío como sociedad es asegurar que todas las personas –sin importar su género, edad o lugar de origen– puedan acceder a las herramientas del futuro. Porque la verdadera justicia social hoy no solo se mide en ingresos o educación, sino también en conectividad, alfabetización digital y acceso a la inteligencia artificial.
La IA tiene el poder de hacer más eficientes los procesos, abrir nuevos mercados y liberar tiempo para que las personas puedan enfocarse en lo estratégico. Pero ese poder solo será transformador si es inclusivo.
Creemos firmemente que el futuro de un emprendedor no puede depender del lugar donde nació, del colegio al que fue o del acceso que tuvo a la tecnología. Y en base a los datos que estamos observando, vemos que muchos de los emprendedores hoy están solos: sin acceso a la información, sin tiempo para buscarla y sin saber siquiera que existen herramientas que podrían transformar sus negocios. Y en ese vacío –donde muchas veces no llega el Estado– necesitamos que el sector privado y la sociedad civil estén más comprometidos que nunca, tendiendo la mano, acercando oportunidades y democratizando el conocimiento.
Los emprendedores no piden que les regalen el camino; solo que no les cierren las puertas. La inteligencia artificial y la transformación digital pueden ser grandes igualadores de oportunidades, pero solo si somos capaces de ponerlos al alcance de todos. En esto no podemos fallar.
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