por ComputerHoy
17 de julio de 2025
Solo en el catálogo de Netflix, hay muchísimas películas de terror. Sin embargo, si cualquiera tuviese que hacer un repaso a las más míticas, seguro que le vendrían a la cabeza sagas como Viernes 13, La noche de Halloween, Pesadilla en Elm Street, Scream o Destino final. A este selecto grupo sin duda también habría que sumarle otro nombre mítico: La matanza de Texas.
Cuando el mítico director Tobe Hopper dio vida a su primera entrega en 1974, revolucionó para siempre el género. Por muchas razones: su crudeza, lo gore que resultaba y lo sumamente realista. Características, todas ellas, que se mantuvieron en una precuela que de alguna forma ayudaba a comprender mejor el origen de la perturbada familia de Leatherface.
El comienzo de una pesadilla, ahora en Netflix
La matanza de Texas: El origen se estrenó en 2006, y hoy en día sigue siendo tan escalofriante como el primer día que llegó a los cines de todo el mundo. Ahora, cualquiera con suscripción a Netflix puede atestiguarlo. No solo fue un considerable éxito en taquilla, sino que ayudó a inspirar a la gran cantidad de precuelas y remakes que la siguieron en Hollywood.
La película comienza en el año 1939, cuando una mujer muere dando a luz en un sucio matadero de Texas. El bebé, desfigurado y abandonado en un contenedor de basura, es recogido por una mujer caníbal, Luda Mae Hewitt, que lo cría como si fuera su propio hijo. Ese niño no tarda en crecer hasta convertirse en Thomas Hewitt, más conocido por los amantes del terror como Leatherface.
Décadas después, en plena Guerra de Vietnam (1969), dos hermanos emprenden un viaje en coche hacia la base militar donde uno de ellos ha sido destinado. Les acompañan las novias de ambos. Por desgracia, cruzan su camino con el sádico Sheriff Hoyt, quien resulta ser un impostor: en realidad, es Charlie Hewitt, un miembro más de la siniestra familia. Los jóvenes son capturados.
Aunque La matanza de Texas: El origen, no logró el grado de popularidad que sí consiguió la original (y quizá algún que otro remake), lo cierto es que se trata de una de las mejores entregas de la franquicia. Su estilo es realmente oscuro, directo e inquietante. Además, fue rentable: costó 16 millones de dólares y logró recaudar más de 50 en todos los rincones del mundo.

Uno de los puntos álgidos de un mito del terror
Curiosamente, la película fue bastante maltratada por la crítica. Mientras que otros films de carácter mucho más predecible y comerciales son alabados, La matanza de Texas: El origen no tuvo esa suerte. Sin embargo, eso no es algo que haya importado demasiado a los seguidores de este tipo de películas de terror, que seguramente disfruten de ella también en Netflix.
Echando la vista atrás, no solo la primera película de La matanza de Texas fue poco comprendida en su momento, aunque ahora sea de culto, sino que lo mismo sucedió con la segunda. Rodada por el propio Tobe Hopper y producida por la mismísima Cannon, nadie entendió entonces que se trataba de una comedia negra, no un film de terror al uso. Ni siquiera el propio Quentin Tarantino.
Conoce cómo trabajamos en ComputerHoy.