por IGN España

20 de junio de 2025

Puede que el nombre de Beregond no te diga demasiado si eres fan de las películas de El Señor de los Anillos, pero su papel en la Guerra del Anillo fue mucho más importante de lo que parece. Beregond fue un Guardia de la Ciudadela, siempre fiel a su hogar y a su capitán: Faramir. Tolkien nos lo describe como un soldado leal, con un profundo sentido del honor y absoluta devoción hacia Faramir. De hecho, sin él Gandalf y Pippin nunca habrían podido salvarle la vida.

En las películas, Pippin advierte a Gandalf de que Denethor tiene pensado quemar a Faramir vivo, junto consigo mismo. Ante una derrota aparentemente inevitable, el senescal pierde la esperanza, y está dispuesto a sacrificar a su propio hijo con tal de no ver el amargo final que le espera a la ciudad. En la adaptación, Gandalf y Pippin corren al rescate de Faramir, pero en los libros es Beregond quien les prepara el camino. Pippin avisa a Beregond primero, no a Gandalf.

La mano derecha de Faramir

Pippin avisa al capitán de las intenciones de Denethor, y Beregond no duda ni un segundo en acudir a su ayuda. Traicionando su juramento como Guardia de la Ciudadela, Beregond se enfrenta a los soldados que protegían a Denethor, y consigue abatirlos a todos. Mató a sus propios compañeros para proteger a Faramir de una muerte segura, que fue afortunadamente evitada cuando, ahora sí, Gandalf y Pippin entraban a escena. Beregond llevó a Faramir a Bair Nestedrui, la enfermería de Minas Tirith, y permaneció a su lado hasta que se despertó.

Luego, se unió a Aragorn y al resto de tropas del oeste en la última ofensiva contra Sauron. Luchó frente a la Puerta Negra con gran valentía, y aunque casi cae en combate asesinado por un trol sanguinario, su destreza con la espada le dio una nueva oportunidad.

Pese a haber protegido a su capitán, los actos de Beregond fueron juzgados. Matar a sus propios compañeros sin duda le otorgaría un viaje solo de ida al cadalso, pero el Rey Aragorn entendió su decisión y mostró misericordia. En lugar de castigarle, le recompensó con un altísimo honor, y Beregond pasó a convertirse en el primer miembro de la Compañía Blanca, la guardia de Faramir como príncipe de Ithilien.