por La Tercera
17 de julio de 2025
La Copa Sudamericana le genera un especial recuerdo a Universidad de Chile, por el éxito del pasado. En el presente, el cuadro laico volvió al segundo torneo de clubes en relevancia que tiene la Conmebol, con el deseo de prolongar en el ámbito internacional su buen pasar doméstico. Este jueves, en Ñuñoa, la U activó el modo aplanadora, en la ida de los playoffs. Goleó 5-0 al discreto Guaraní de Paraguay y la clasificación está al alcance de la mano.
Los antecedentes eran favorables para los chilenos, porque solo había perdido uno de los seis duelos previos en torneos continentales ante el Aborigen. Gustavo Álvarez tenía descartados a Nicolás Ramírez y Leandro Fernández. En esa línea, optó por mantener la base que jugó el Superclásico ante Colo Colo. Repitió la oncena que inició ante los albos, salvo por la situación de Ramírez (lo relevó Franco Calderón). Nuevamente, Marcelo Díaz partió en el banco. Queriendo otra intensidad en el medio, el técnico prefiere a Israel Poblete como acompañante de Charles Aránguiz.
Desde el inicio se fueron marcando las diferencias: la U, con su característico afán de protagonismo, y Guaraní, con un planteo más cauteloso, muy al estilo paraguayo (más aún como visita). El denominado Primer Grande de Paraguay, que ha sumado tres puntos de seis posibles en el Clausura de su país, no tenía problemas en defender con línea de cinco a la hora del retroceso.
Si bien el elenco del chuncho fue más que su rival en el lapso inicial, el quiebre en el marcador llegó gracias a un penal. En los 19′, Lucas Assadi es derribado en el área, tras anticipar a Alcides Benítez. Tercera pena máxima a favor en los últimos dos partidos. Y fue el tercer gol seguido de Aránguiz desde los 12 pasos. El ex Bayer Leverkusen lanzó con su acostumbrada eficacia y puso el 1-0 en los 22′.
Con un Guaraní que cedía la iniciativa y que no ejercía presión alta, como si lo hizo Colo Colo en el primer tiempo del clásico, la U tenía margen de maniobra para tener el mando del partido. En esa dirección, Assadi estaba encendido, con confianza, mientras que las pasadas de Hormazábal le daban profundidad al equipo por la derecha. Aunque Álvarez lo ubique como “central” por la diestra, lo mejor del ex O’Higgins es cuando hace el recorrido por su franja.
El primer tiempo, en el cual la U registró el 63% de posesión, finalizó con la expulsión del zaguero Mario López (ex Wanderers), por doble amarilla, en los paraguayos. Era una oportunidad para el local de tratar de estirar la diferencia en el marcador, jugando todo el complemento con uno más. Álvarez vio lo mismo y realizó un cambio ofensivo: Di Yorio por Guerrero. Doble 9 para la segunda mitad.

Cuatro en el fondo (por momentos, solo dos atrás), con laterales muy proyectados (casi punteros) y la dupla Contreras - Di Yorio arriba. Así salió la U para el segundo tiempo. El afán ofensivo tenía como objetivo ir a buscarlo. Para fortuna de Álvarez, el plan resultó plenamente porque llegaron los goles y dejó la serie muy encaminada.
En los 57′, Javier Altamirano hizo el 2-0, con una definición por bajo. Tres minutos más tarde, Lucas Assadi marcó el tercero, con un remate rastrero que pasó por debajo del golero Rodríguez. Premio para el canterano azul, que justifica su presencia en la oncena estelar. En los 65′, un golazo de Hormazábal (de los mejores de la noche) puso el 4-0 en la cuenta. En el epílogo, Nicolás Guerra convirtió el quinto.
Ante un rival discreto, cuya propuesta era demasiado básica, la U olió sangre y fue para adelante. También hubo espacio para hacer cambios y quien tuvo su estreno fue el argentino Felipe Salomoni, reemplazando a Sepúlveda. Con cinco goles en la bolsa, los laicos tienen más de un pie en la siguiente etapa. Solo una hecatombe en Paraguay sacaría a los chilenos del torneo.
El próximo jueves se disputará la revancha, en Asunción. El vencedor de esta eliminatoria enfrentará a Independiente de Avellaneda en los octavos de final. Esas son palabras mayores.