Rusia lanzó la noche del jueves y la madrugada de este viernes 11 misiles y 539 drones, entre aparatos no tripulados de ataque Shahed y réplicas de estos, contra territorio ucraniano, en un ataque de larga duración que empezó justo después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llamara por teléfono al líder del régimen ruso, Vladimir Putin, dejando 23 personas heridas.
Las defensas aéreas ucranianas lograron neutralizar 478 de los proyectiles en el ataque, que tuvo a Kiev como principal objetivo. Sin embargo, nueve de los misiles y 63 drones alcanzaron distintos objetivos, según la Fuerza Aérea ucraniana, un número de impactos mayor del que suele registrarse habitualmente. Entre los misiles empleados había uno hipersónico Kinzhal y seis balísticos Iskander-M.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, señaló que al menos 23 personas resultaron heridas como consecuencia del ataque ruso, 14 de las cuales debieron ser hospitalizadas. Hubo daños cuantiosos en ocho puntos que fueron alcanzados por las fuentes de ataque que no pudieron ser interceptadas. Además, restos de drones y misiles destruidos por la defensa aérea cayeron en al menos 33 zonas de la ciudad.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, señaló tras el ataque que sin una presión masiva contra el régimen de Moscú, Rusia no cambiará su “comportamiento destructivo estúpido”, e indicó que esa presión depende principalmente de los aliados internacionales, en especial de Estados Unidos. En tanto, el ministro de Exteriores ucraniano, Andriy Sibiga, remarcó el momento en que ocurrió la ofensiva.
El ataque tuvo lugar “justo después de que Putin hablara con el presidente Trump. Y lo hace a propósito. ¡Basta ya de esperar! Putin muestra claramente su total desprecio por Estados Unidos y por todos los que han pedido el fin de la guerra”, escribió el ministro en sus redes sociales.
Trump, en tanto, se había mostrado “descontento” tras la conversación por el hecho de que esta no lograra “ningún progreso” hacia una solución negociada para poner fin a la guerra. Estados Unidos suspendió el envío de misiles de defensa aérea Patriot a Ucrania señalando que debía evaluar los niveles de sus propias reservas de armamento. Esto podría explicar el mayor éxito del ataque ruso esta jornada.
