Microbiota y cáncer: una relación que podría cambiarlo todo

¡Hola!, ¿cómo estás hoy? Espero que muy, muy bien. Te cuento que hace unas semanas escribí sobre las claves de la microbiota y cómo esta comunidad de bacterias, hongos, virus y otros microorganismos, que habita en tu cuerpo, mayoritariamente en el intestino, te protege y sana de varias enfermedades si la mantienes saludable. Es una superheroína: actúa como escudo protector contra patógenos, ayuda en la digestión y absorción de nutrientes, produce vitaminas esenciales, modula el sistema inmunológico y puede influir en el estado de ánimo y la salud mental.

• Ese número de Efecto Placebo marcó un hito en lectoría, demostrando que es un tema que te interesa especialmente. Por ello, en esta edición, te cuento cómo están avanzando los estudios para mantener una microbiota saludable que proteja del cáncer e incluso lo cure.
• También veremos el trabajo de un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge que descubrió microorganismos que «limpian» nuestro cuerpo de los «químicos para siempre», esas sustancias tóxicas que se demoran miles de años en degradarse y que circulan por nuestros órganos. En ambos casos, se busca crear suplementos dietéticos probióticos que aumenten los niveles de estos microbios útiles en nuestro intestino. Te dejo la nota para que sepas de qué se trata.

Hace unos años que un medicamento utilizado para impedir el rechazo de los órganos trasplantados está ocupando titulares por sus «efectos secundarios», pero no es cualquier efecto secundario: la rapamicina -el fármaco- puede frenar el crecimiento de células cancerosas y también parece ser un arma poderosa contra el envejecimiento.

• Las mascotas, en especial los perros, son parte de nuestras familias y para muchos son la única familia. Te dejo un artículo sobre la epilepsia en los perros y cómo reconocer los síntomas. Mito o Verdad: los perros pueden tener epilepsia.

Y en el Chat con los lectores, respondo a Trinidad Figueroa, quien pidió algún dato para mejorarse del lumbago crónico.

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Microbiota: el ejército invisible contra el cáncer y las toxinas

En un número anterior de Efecto Placebo te conté sobre las potencialidades de la microbiota para prevenir y curar muchas de las enfermedades que nos acechan. Varios equipos de investigadores en el mundo trabajan para descifrar y buscar distintas utilidades de estos microorganismos.

• El tracto gastrointestinal es el reservorio microbiano más grande de nuestro cuerpo. Allí existe una gran comunidad que incluye bacterias, virus y hongos. Estos microbios intestinales desempeñan un papel importante en la regulación de la inflamación local de la mucosa y la inmunidad sistémica a través de una compleja comunicación cruzada con las células inmunes y las células del tejido en el intestino.

La microbiota intestinal es la comunidad microbiana más grande y compleja, también conocida como el «segundo genoma”: tiene 3,3 millones de genes únicos en el intestino humano, 150 veces más genes que nuestro propio genoma.

• El sistema de microbiota intestinal humano comienza desde el nacimiento y la colonización se completa alrededor de los tres años de edad.

• El sistema de microbiota intestinal formado incluye al menos mil tipos de bacterias, que coexisten con el huésped, y constituyen un importante entorno microecológico. Ejerce un impacto importante en el metabolismo, la digestión y la absorción de las células humanas, y enla regulación inmunológica.

Los trastornos de la microbiota intestinal se asocian con una variedad de enfermedades, que incluyen hipertensión, enfermedad de Alzheimer, enfermedad inflamatoria intestinal y cáncer.

• Si bien ciertas microbiotas intestinales colonizadas pueden estar involucradas en el desarrollo del cáncer, es importante tener en cuenta que muchas otras son beneficiosas y desempeñan un papel vital en la defensa del cuerpo contra el cáncer. Por eso, su estudio es clave.

La riqueza y área de colonización afectan en gran medida la aparición y el tratamiento del cáncer, y es un objetivo de investigación importante en el futuro para controlar con precisión la existencia de cada o varias microbiotas en diferentes pacientes.

• Además, ya sabemos los efectos de la dieta en la microbiota intestinal; sin embargo, los medicamentos, el entorno de vida del paciente y otras enfermedades subyacentes también afectan directamente la composición de la microbiota intestinal, lo que dificulta su manipulación.

Devoradores de tóxicos

Los microbios de nuestro intestino pueden prevenir y curar enfermedades, y también “limpiarnos” de toxinas  y otras partículas.

• Un grupo científico ha descubierto que ciertas especies de microbios del intestino humano pueden absorber los tóxicos “químicos para siempre” o sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés). Se llaman así porque son difíciles de descomponer y persisten en el medioambiente durante mil años o más, de ahí que se acumulan en grandes cantidades en el medioambiente y en nuestros cuerpos.

Se trata de diversos productos cosméticos, espumas inflamables, utensilios de cocina, revestimientos metálicos, envases, textiles y más. Pero debido a que tardan miles de años en desintegrarse, los PFAS se han relacionado con una serie de problemas de salud, como la disminución de la fertilidad, retrasos en el desarrollo en los niños y un mayor riesgo de ciertos cánceres y enfermedades cardiovasculares.

• Los científicos de la Universidad de Cambridge han identificado una familia de especies bacterianas que se encuentran naturalmente en el intestino humano, que absorben varias moléculas de PFAS de su entorno.

• Cuando estas especies bacterianas fueron introducidas en el intestino de los ratones para “humanizar” el microbioma del ratón, las bacterias acumularon rápidamente PFAS comidos por los ratones, que luego fueron excretados en las heces.

Los investigadores también encontraron que a medida que los ratones estaban expuestos a niveles crecientes de PFAS, los microbios trabajaban más duro, eliminando constantemente el mismo porcentaje de las sustancias químicas tóxicas. A los pocos minutos de la exposición, las especies bacterianas probadas se empaparon entre el 25 % y el 74 % de los PFAS.

• Los resultados son la primera evidencia de que nuestro microbioma intestinal podría desempeñar un papel útil en la eliminación de productos químicos tóxicos asociados a los PFAS de nuestro cuerpo, aunque esto aún no se ha probado directamente en humanos.

Los investigadores planean utilizar su descubrimiento para crear suplementos dietéticos probióticos que aumenten los niveles de estos microbios útiles en nuestro intestino, para proteger contra los efectos tóxicos de los PFAS.

Los resultados se publicaron el pasado martes en  Nature Microbiology.

• «Dada la escala del problema de los ‘productos químicos para siempre’ de PFAS, particularmente sus efectos en la salud humana, es preocupante que se esté haciendo tan poco para eliminarlos de nuestros cuerpos”, señaló el autor principal del informe y doctor de la Unidad de Toxicología MRC de la Universidad de Cambridge, Kiran Patil.

“Descubrimos que ciertas especies de bacterias intestinales humanas tienen una capacidad notablemente alta para absorber los PFAS de su entorno en una variedad de concentraciones, y almacenarlos en grupos dentro de sus células. Debido a la agregación de PFAS en estos grupos, las propias bacterias parecen estar protegidas de los efectos tóxicos”, agrega Kiran Patil.

• La coautora del estudio, Indra Roux, investigadora de la Unidad de Toxicología MRC de la Universidad de Cambridge, explica: “La realidad es que los PFAS ya están en el medioambiente y en nuestros cuerpos, y necesitamos tratar de mitigar su impacto en nuestra salud ahora. No hemos encontrado una manera de destruir los PFAS, pero nuestros hallazgos abren la posibilidad de desarrollar formas de sacarlos de nuestros cuerpos donde más daño hacen”.

Existe una creciente preocupación por los impactos ambientales y por los efectos en la salud humana de los PFAS, por lo que en abril de 2025 el Reino Unido lanzó una investigación parlamentaria sobre sus riesgos y regulación.

• Hay más de 4.700 productos químicos PFAS de uso generalizado. Algunos se eliminan del cuerpo en nuestra orina en cuestión de días, pero otros con una estructura molecular más larga pueden estar en el organismo durante años.

“Todos estamos expuestos a los PFAS a través de nuestra agua y alimentos. Estas sustancias químicas están muy extendidas. Ha llevado mucho tiempo para que se noten porque a niveles bajos no son agudamente tóxicos, pero son como un veneno lento”, añade Anna Lindell, investigadora de la Unidad de Toxicología MRC de la Universidad de Cambridge.

• Lindell y Patil han cofundado una startup, Cambiotics, con el empresario Peter Holme Jensen para desarrollar probióticos que eliminan los PFAS del cuerpo. Están investigando varias formas de turboalimentar el rendimiento de los microbios. Cambiotics cuenta con el apoyo de Cambridge Enterprise, el brazo de innovación de la Universidad de Cambridge, que ayuda a los investigadores a traducir su trabajo en un impacto económico y social a nivel mundial.

Mientras esperamos a que estén disponibles nuevos probióticos, los investigadores dicen que lo mejor que podemos hacer para ayudarnos a protegernos contra los PFAS es evitar las bandejas de cocción recubiertas y usar un buen filtro de agua.

El medicamento que extiende la vida

Hace tiempo se habla por todas partes de la rapamicina, un medicamento inmunosupresor utilizado en las personas con trasplantes que impide el rechazo de tejidos y órganos donados. Pero la causa del revuelo va por otro lado. Se descubrió que el medicamento también bloquea una proteína que participa en la división celular y tiene el mismo efecto de extensión de la vida que comer menos, según una nueva investigación de la Universidad de East Anglia (UEA) y la Universidad de Glasgow, ambas del Reino Unido.

• La restricción dietética se ha considerado durante mucho tiempo como uno de los métodos más confiables para aumentar la vida útil en todas las especies.

“La restricción dietética, por ejemplo, a través del ayuno intermitente o la ingesta reducida de calorías, ha sido el estándar de oro para vivir más tiempo. Pero es difícil para la mayoría de nosotros mantenerla a largo plazo”, dijo la investigadora principal de la Escuela de Ciencias Biológicas de la UEA, Zahida Sultanova.

• El objetivo era saber si los medicamentos antienvejecimiento populares como la rapamicina o la metformina podrían ofrecer efectos similares sin la necesidad de reducir las calorías.

Para ello, el equipo de investigación examinó los datos de 167 estudios de vida útil en ocho especies de vertebrados, incluidos peces, ratones, ratas y primates, en este caso, el estudio más grande de su tipo.

• Siguieron el efecto de la restricción dietética en la longevidad, así como el de la rapamicina y la metformina, las cuales han sido promocionadas como medicamentos que prolongan la vida.

• El equipo descubrió que la rapamicina prolonga la vida útil casi tan constantemente como comer menos, mientras que el medicamento para la diabetes tipo 2, la metformina, no lo hace.

El metaanálisis se publicó en la revista Aging Cell.

Los hallazgos clave:

• La restricción dietética, desde el ayuno intermitente hasta la reducción de calorías, extendió constantemente la vida útil en todas las especies de vertebrados analizadas en este estudio.
• La rapamicina aumentó la vida útil en la misma medida que la restricción dietética.
• La metformina no mostró un beneficio claro de longevidad, aunque se usa ampliamente para la diabetes tipo 2.
• Las ganancias de la vida fueron las mismas para hombres y mujeres, y no dependían del tipo de restricción dietética.

• A medida que los científicos continúan la búsqueda de intervenciones que puedan mejorar nuestra salud y ayudarnos a vivir más tiempo, la rapamicina puede destacarse como una de las herramientas más prometedoras, esquivando potencialmente los desafíos de la restricción calórica a largo plazo mientras ofrece beneficios similares.

• El investigador principal, Edward Ivimey-Cook, académico de la Universidad de Glasgow, dijo: “Estos hallazgos no sugieren que todos debamos comenzar a tomar rapamicina. Pero refuerzan el caso de su estudio adicional en la investigación del envejecimiento y plantean cuestiones importantes sobre cómo abordamos las terapias de longevidad”.
• “Nuestros hallazgos muestran que la reutilización de medicamentos es un enfoque prometedor para mejorar la salud y la esperanza de vida de las personas”, explicó Sultanova.
• Tanto la rapamicina como la metformina se están utilizando actualmente en ensayos en humanos, con resultados aún pendientes.

Los autores señalan que la rapamicina puede tener efectos negativos en el sistema inmunológico, y es necesaria una mayor investigación sobre la seguridad en humanos, aunque un trabajo reciente indica que en dosis bajas no tiene efectos adversos graves en personas sanas.

Mito o Verdad: existe la epilepsia canina

¿Tienes un compañero o compañera perruno/a? Si es así, debes estar al tanto de que entre las diferentes enfermedades que pueden sufrir nuestras mascotas, están la epilepsia y la disquinesia (movimientos anormales, involuntarios o descoordinados). Ambas son trastornos neurológicos caninos con síntomas superpuestos que llevan a la confusión.

• La importancia de este tema se hace evidente cuando consideramos que la epilepsia es la enfermedad neurológica crónica más común en los perros y tiene un componente genético.

Además, en el llamado «síndrome del hombre lobo», que se ha observado recientemente en perros, se sabe que los signos neurológicos y las convulsiones ocurren en casos agudos. Esta enfermedad se caracteriza por cambios drásticos de comportamiento, incluyendo ansiedad, agresividad, además de convulsiones. Y suele confundirse con la epilepsia.

• Por ello, un equipo internacional, dirigido por la profesora Andrea Fischer, neuróloga de la Clínica de Animales Pequeños de la LMU (Universidad de Münich), y el profesor Hannes Lohi, genetista molecular de la Universidad de Helsinki, han desarrollado un nuevo cuestionario multilingüe que estandariza la descripción y clasificación de las convulsiones en perros y documenta de manera confiable las convulsiones de diferentes tipos.

«Esta encuesta no solo recopila datos de alta calidad, sino que también permite la clasificación de la epilepsia basada en descripciones prácticas de síntomas y proporciona a los dueños de perros ejemplos de videos claros. De esta manera, alcanzamos un nivel completamente nuevo en diagnósticos clínicos e investigación genética«, afirmó Lohi.

• El estudio se basa en datos de más de 600 perros de 96 razas diferentes. Sus resultados muestran que los propietarios pudieron describir las convulsiones con una fiabilidad impresionante: en el 90,1% de los casos, su evaluación coincidía con la de los expertos.

Con el soporte de videos, la precisión de la clasificación aumentó al 96,5% de los casos.

«La encuesta representa manifestaciones comunes y raras de epilepsia canina y disquinesia con una fiabilidad excepcional. Las convulsiones se subdividen en cinco tipos, basados en características motoras, autónomas y relacionadas con el comportamiento. Además, la encuesta permite la documentación y diferenciación de cursos complejos de la enfermedad con múltiples tipos de convulsiones«, explicó Fischer.

• La nueva herramienta apoya las redes de investigación internacionales y formará una parte vital de los estudios epidemiológicos y genéticos que dependen de datos fiables. Ayuda a reconocer las diferencias específicas de la raza en los tipos de convulsiones, lo que facilita diagnósticos más precisos y tratamientos personalizados. El nuevo cuestionario ya está disponible para su uso por veterinarios e investigadores de todo el mundo.

Chat con los lectores: así puedes aliviarte del lumbago

Quizás alguna vez te ha sucedido. Después de un movimiento brusco o de un simple giro, te has quedado con un dolor en la zona lumbar de la espalda: entre las costillas y los glúteos. Una lumbalgia que puede ir desde una molestia hasta un dolor intenso e invalidante.

Trinidad Figueroa pidió saber más sobre esta dolencia, así que aquí te dejo un tratamiento no invasivo.

• La lumbalgia afecta a personas de todas las edades y es la principal causa de pérdida de la salud funcional, estimada en 7,7 % de todos los años vividos con discapacidad.

Es el tipo más común de dolor crónico y conduce al mayor gasto en atención médica, junto con la cervicalgia, que se prevé aumente en las próximas décadas.

Las guías para el tratamiento de esta patología recomiendan permanecer físicamente activo/a, pero no hay recomendaciones explícitas de actividad física para la prevención primaria.

• Caminar, la forma más común de actividad física de ocio entre los adultos, se asocia con un menor riesgo de varias enfermedades no transmisibles, pero su asociación con el riesgo de dolor lumbar crónico permanece en gran medida inexplorada.
• Un ensayo clínico aleatorizado reciente demostró que un programa de caminata y educación redujo la recurrencia del dolor lumbar en individuos que se habían recuperado recientemente de un episodio de lumbago no específico.

El estudio siguió a 11.194 participantes durante 4,2 años. Este concluyó que caminar entre 78 y 100 minutos diarios o más, permite reducir en 23% el riesgo de lumbalgia crónica, en comparación con caminar menos de 78 minutos al día, indicó un equipo de investigación de Noruega y Dinamarca en JAMA Network Open.

La intensidad de la caminata también mostró beneficios, aunque menos pronunciados que el tiempo.

• El criterio de valoración principal fue el dolor lumbar crónico autoinformado en el período de seguimiento, definido como dolor durante 3 meses y más en los últimos 12 meses.

La investigación fue dirigida por Rayane Haddadj de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología en Trondheim. El artículo fue publicado en línea el 13 de junio en la revista JAMA Network Open.

• El estudio de cohorte prospectivo con la población del Estudio de Salud de Trøndelag (HUNT), en Noruega, comenzó entre 2017 y 2019 e hizo un seguimiento entre 2021 y 2023. La edad media fue de 55,3 años, de las cuales el 58,6% son mujeres.

Los participantes utilizaron dos acelerómetros triaxiales AX3 durante siete días, uno colocado en el muslo derecho y otro en la región lumbar, para medir el volumen diario de caminata en minutos y la intensidad media en equivalentes metabólicos por minuto.

• La investigación incluyó solo a personas sin lumbalgia crónica al inicio del estudio y con al menos un día válido de medición de la marcha por dispositivo, con un promedio de 5,7 días de uso del acelerómetro.

• Según los autores, la reducción en el riesgo de lumbalgia crónica se estabilizó después de aproximadamente 100 minutos diarios de caminata, lo que sugiere un umbral de beneficio.
• La asociación entre el volumen de caminata y el riesgo de lumbalgia crónica fue más fuerte y consistente en participantes de ≥ 65 años (p = 0,01).

Limitaciones

Los autores destacan varias limitaciones importantes del estudio. Se utilizó una evaluación única del volumen y la intensidad de la caminata diaria, que pueden haber cambiado con el tiempo. La evaluación del dolor lumbar crónico se basó en el autoinforme de los participantes sobre el dolor en los últimos 12 meses, y puede haber habido un error de clasificación.

• La muestra analítica tendió a ser más antigua, a tener una mayor escolaridad y mayores ingresos familiares en comparación con la población total del estudio HUNT4, lo que puede afectar la representatividad de los resultados.

«La caminata podría promoverse aún más debido a su facilidad de implementación, accesibilidad y numerosos beneficios para la salud, más allá de reducir el riesgo de lumbalgia crónica«, sostuvo el equipo autoral encabezado por Rayane Haddadj, máster en ciencias del deporte, becario doctoral del Departamento de Salud Pública y Enfermería de Norges teknisk-naturvitenskapelige universitet, en Trondheim, Noruega.

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Hemos terminado una edición más de Efecto Placebo, ojalá haya sido de tu gusto. Te espero la próxima semana. Si tienes algún comentario, duda o información que quieras compartir, puedes escribirme a efectoplacebo@elmostrador.cl.