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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El tenista chileno Nicolás Jarry ha logrado destacar en Wimbledon 2025 a pesar de padecer neuronitis vestibular, una enfermedad que afecta su equilibrio y visión. Esta afección surge por la inflamación del nervio vestibular, generando vértigo intenso y desequilibrio. Tras una crisis inicial, los síntomas como náuseas y mareos pueden persistir meses. El tratamiento incluye antivertiginosos y rehabilitación vestibular para restablecer el equilibrio.

El tenista chileno Nicolás Jarry pasa un excelente momento en el abierto de Wimbledon 2025 en Inglaterra. Esto, luego de superar en su mayoría una enfermedad llamada neuronitis vestibular, que lo aqueja con sus síntomas desde el año pasado, justamente cuando tuvo un bajón en su rendimiento deportivo.

Hablamos un trastorno del equilibrio que, aunque no es tan conocido, puede ser altamente incapacitante. La raqueta nacional afirmó recientemente seguir sintiendo parte de los síntomas, que le han afectado el equilibrio y la visión.

¿Qué es la neuronitis vestibular: enfermedad de la que se recupera Nicolás Jarry?

Se trata de una enfermedad caracterizada por una crisis súbita de vértigo intenso, generalmente desencadenada por una inflamación del nervio vestibular, la rama del octavo nervio craneal encargada de enviar señales al cerebro sobre el equilibrio.

De acuerdo al Manual MSD, este nervio conecta el oído interno —donde se encuentran los órganos que regulan el equilibrio— con el cerebro, por lo que su alteración provoca una falsa sensación de movimiento o rotación.

Según expertos como el médico Paul Délano, otorrinolaringólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, la neuronitis vestibular suele aparecer tras una infección viral, como un resfrío o un cuadro gastrointestinal. Incluso el estrés puede ser un factor que precipite este problema. Puede afectar a cualquier edad, aunque es más común entre los 30 y 50 años.

De un momento a otro, el paciente puede despertar con un desequilibrio severo, sin haber tenido síntomas el día anterior. Esto ocurre porque el nervio pierde súbitamente su función, generando un conflicto entre la información que proviene de ambos oídos.

Síntomas y diagnóstico

La crisis inicial suele durar entre 7 a 10 días, acompañada de náuseas, vómitos y nistagmo (movimientos involuntarios de los ojos). Aunque el vértigo mejora en pocos días, el mareo y la sensación de inestabilidad pueden persistir por semanas o meses.

Para ejemplificar, Nicolás Jarry afirmó recientemente a la revista Clay Tenis, que “la inflamación me afectó mucho el funcionamiento del ojo. Todavía me mareo fácilmente, pero las consecuencias que están afectando mi visión son algo nuevo”. Eso, a pesar de haber sido diagnosticado hace ya más de un año.

Para descartar otros diagnósticos, se realizan pruebas auditivas, estudios de nistagmo y resonancias magnéticas, además del test de impulso cefálico (vHIT) que evalúa el reflejo vestíbulo-ocular.

Tratamiento y recuperación de la neuronitis vestibular

El manejo de la neuronitis vestibular se centra en aliviar los síntomas agudos mediante medicamentos antivertiginosos y antieméticos, pero solo por pocos días, ya que su uso prolongado puede retrasar la recuperación. También se pueden indicar corticosteroides.

El pilar fundamental es la rehabilitación vestibular, con ejercicios específicos que ayudan a restablecer el equilibrio.

En ese sentido, evitar el reposo absoluto es clave, así como iniciar terapia precoz, especialmente en personas con trabajos que impliquen riesgos, como conductores o quienes trabajan en altura.

Finalmente, un tratamiento inadecuado puede derivar en vértigo crónico, por lo que es crucial un diagnóstico temprano y un plan de rehabilitación bien dirigido.

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Jueves 01 Enero, 1970 | 00:00