por ComputerHoy
17 de julio de 2025
A poco que te guste la ciencia ficción, seguro que estás familiarizado con ello: cebreros que son híbridos entre un órgano biológico y una máquina. Al más puro estilo Ghost in the Shell. Algo similar a lo que ya sucede con muchos dispositivos, que se conectan con la nube, pero enfocado al cerebro humano. Pero lo que parecía fantasía, podría convertirse en realidad pronto.
Al menos, eso es lo que defiende Ray Kurzweil, uno de los gurús tecnológicos más polémicos que existen en la actualidad. Uno puede estar de acuerdo o no con sus predicciones sobre el futuro, pero lo que está claro es que sus reflexiones no suelen dejar a nadie indiferente, como cuando habla todo lo que puede dar de sí la propia inteligencia artificial.
¿Cómo será el cerebro humano en el futuro? No muy humano, según un experto
Ray Kurzweil lleva tiempo dándole vueltas a un tema peliagudo: dentro de no mucho tiempo, los cerebros humanos estarán conectados con algún tipo de inteligencia que no sea biológica. Es decir, con máquinas. Un poco lo que Elon Musk pretende con Neuralink, pero llevado al extremo. El experto incluso ha apuntado ya una fecha en el calendario para que eso suceda.
Aunque Kurzweil insiste en lo mismo desde hace años, recientemente ha vuelto sobre el asunto con fuerzas renovadas. Sus palabras dejan poco lugar a dudar de lo que opina: "A medida que avancemos hacia el año 2040, gran parte de nuestro pensamiento estará en la nube. La parte biológica del cerebro no desaparecerá, pero la no biológica será mucho más poderosa".
Vale, la teoría está clara, y que el hombre sigue considerando lo mismo, con más ahínco aún si cabe, también. La pregunta es, ¿cómo piensa él que se conseguirá esa proeza tecnológica, médica o como se quiera llamar? La base de esta hipótesis radica en la construcción de interfaces cerebro-nube mediante nanobots que se conectarían a nuestro neocórtex, ampliando capacidades cognitivas.
Por supuesto, y a pesar de los recelos que Kurzweil ha mostrado acerca de la inteligencia artificial, esta jugaría un proceso fundamental en todo el proceso. "Para el 2030 conectaremos directamente nuestro neocórtex a la nube, extendiendo directamente nuestro pensamiento. Así, en lugar de que la IA compita con nosotros, se convertirá en una extensión de nosotros mismos".
No todo el mundo está de acuerdo con esta visión
Puede que Ray Kurzweil esté en lo cierto, o puede que no. Al fin y al cabo, si algo caracteriza al futuro es lo impredecible que este siempre resulta. Pero lo cierto es que la teoría del experto tiene sus detractores. El epicentro de todo radica en una duda más que razonable: ¿puede la conciencia realmente reducirse a un formato digital? Y de ser así, ¿qué consecuencias tendría?
Ya no se trataría de una cuestión técnica, por así decirlo, sino más bien ética, filosófica. De existir la destreza suficiente para obrar algo así, ¿quiénes tendrían acceso a ello? ¿Todo el mundo? ¿Y sería obligatorio hacerlo? Por ahora, nada indica que la sociedad estuviese preparada para algo así, incluso en el caso de ser capaces de lograrlo, lo cual también está todavía por ver.
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Etiquetas: Inteligencia artificial