por 3DJuegos
3 de septiembre de 2025
Muchas veces hablamos de las complicaciones de nuestra labor como redactores a la hora de cubrir eventos como la Gamescom 2025, hablando de las prisas, el tiempo limitado para jugar y la carga de trabajo, pero no menos dura es la labor de quienes están mostrando con confianza sus productos. Hay que hacer una labor muy estudiada y medida a la hora de elegir qué parte de tu juego vas a mostrar y cómo lo vas a hacer para que refleje todas sus fortalezas. Es algo aplicable a los juegos para un solo jugador, pero es incluso más complicado cuando planeas una experiencia puramente multijugador. Poner en una feria de este tipo a jugar a un grupo de desconocidos de diferentes nacionalidades en una experiencia de corte colaborativo, donde tiene que fluir la comunicación y el trabajo en equipo, puede ser una tarea algo deprimente si el título no es lo bastante dinámico. No es un problema que vaya a tener John Carpenter's Toxic Commando.
Hemos podido jugar durante la Gamescom alrededor de una hora con este shooter cooperativo en primera persona, y os podemos adelantar que puede que estemos ante el verdadero sucesor espiritual de Left 4 Dead 2, tras la decepción que fue para algunos Back 4 Blood, a pesar de su calidad.
Apocalipsis zombie sobre ruedas
John Carpenter's Toxic Commando, ante todo, es un shooter que homenajea el cine de zombies de serie B de los años 80, algo que se nota en su tono mamarracho o sus simplones protagonistas, en el mejor de los sentidos. Toxic Commando es una experiencia cooperativa en primera persona donde un equipo de cuatro mercenarios deberá encontrar la solución a una maldición que ha liberado un grupo de científicos, emponzoñando la tierra y llenándola de muertos vivientes. Para ello, se embarcarán en una misión suicida, cumpliendo toda clase de encargos en un mundo abierto hostil y repleto de peligros. Y, cuando digo repleto, lo digo literalmente: el mundo de Toxic Commando está poblado por hordas de decenas de zombies que encontraremos a cada paso que demos, así como misteriosas criaturas tentaculares que, incluso, pueden llegar a bloquear los caminos. No solo eso, sino que también el terreno presentará irregularidades, como lodazales o zarzas gigantes, que dificultarán nuestra travesía.
Su mundo está poblado por hordas de decenas de zombies que encontraremos a cada paso que demos
Superar este periplo a pie, aún con todas nuestras habilidades y arsenal disponible, sería una misión imposible. Sin embargo, si añadimos vehículos a la ecuación… probablemente seguirá siendo imposible, pero también mucho más divertido. Y es que la premisa de Toxic Commando puede recordarnos fácilmente, no solo al espíritu de Left 4 Dead 2, sino también a las formas de la serie Borderlands. Sin embargo, el juego que nos ocupa cuenta con varios elementos propios y diferenciales, empezando por el propio manejo del vehículo.
Emplear coches, rancheras y derivados será fundamental, no solo para atravesar el enorme mapeado del título, sino también para levar de una pieza los pedidos que nos encarguen y para poder sobrevivir más tiempo. Todo el equipo puede montarse en el mismo coche, y todos contarán con la habilidad de asomarse por la ventana para disparar. Lejos de ser un mero entretenimiento para los trayectos largos, esta labor será fundamental para impedir que los no-muertos destruyan nuestro medio de transporte.

Los coches cuentan con su propia vida y capacidad de deteriorarse, además de hacernos estar pendientes de las reservas de gasolina, al más puro estilo Days Gone; a pesar de que control es sencillo y directo, su gestión y personalización esconden cierta profundidad. Podemos incluso arrollar caravanas de zombies si así lo deseamos, pero es probable que se encaramen a nuestro coche para destruirlo a puñetazos. La labor de los copilotos que se asomen por las ventanas será fundamental para contener la destrucción. De esta forma, los viajes están muy bien pensados para implicar de forma activa a todo el equipo, y se convierten en uno de los pilares de la experiencia, casi al mismo nivel que los propios tiroteos a pie. La narrativa emergente de estas secciones tiene una enorme capacidad para generar anécdotas memorables, como cuando intenté salvar a un compañero de un zombie gigantesco que lo tenía preso atropellándolo, y acabaron cayendo ambos por el barranco.
La labor de los copilotos que se asomen por las ventanas será fundamental para contener la destrucción
Pude jugar dos tipos de misiones, resultando ambas en campañas bastante diferentes. En la primera, debíamos buscar varios puntos en el mapa para activar la torre eléctrica de un refugio, terminando con una épica escena de defender la posición durante cierto tiempo. Aquí el grupo disfrutamos de dos escenas de este tipo, y fueron sin duda los momentos más tensos de la prueba, así como los que demostraban lo bien que funcionaba su parte shooter. En la segunda, teníamos que transportar y proteger una carga, aunque no tardaríamos mucho en romper el vehículo y quedarnos sin gasolina, por lo que la aventura que ocupó más tiempo fue la de internarnos en el mapa para buscar ciertos recursos necesarios para la reparación. Hay unos engranajes amarillos repartidos por el mundo, que nos sirven para hacer funciones especiales, como construir barricadas o abrir cofres con letales armas pesadas. Estar pendiente de su localización puede ser vital para superar estas dificultades inesperadas.
Familiar, pero con sus señas de identidad
Toxic Commando también propone elementos que resultan más familiares, como una división por clases con habilidades específicas, progresión por árboles de habilidad, armas variadas y alocadas o personalización (mucha) de la estética del arsenal y los personajes, así como de los coches. Las habilidades especiales de cada miembro del equipo se complementan muy bien entre sí, pudiendo responder a situaciones poco habituales a través de sinergias, como a la hora de mezclar escudos y torretas.

El gunplay del juego respondía a la perfección, y el movimiento de los personajes era lo bastante ágil como para que los paseos a pie por el mundo abierto tampoco se hicieran pesados. La estructura de mundo abierto también le sienta sorprendentemente bien a la mezcla, añadiendo además un sistema de puntos calientes e incluso coleccionables, para que todos los viajes resulten productivos. Ojalá se incluyan elementos que favorezcan aún más esa estupenda narrativa emergente, como eventos aleatorios menores que surjan por los caminos. Además, destaca la variedad en los tipos de enemigos que salieron a nuestro encuentro. No había ninguno de los arquetipos que no hubiéramos visto antes (el grandote que agarra, el que explota, el venenoso…), pero siguen funcionando genial los tradicionales, aunque espero que el producto final traiga sorpresas al respecto.
Puede que la fórmula de Toxic Commando ya la hayamos visto en otras ocasiones, pero es la mezcla de todos estos elementos con su ambientación y sentido del humor la que puede marcar la diferencia. A pesar de todo lo que tenía en contra la demostración, a nivel de logística de la propia feria, pasamos un rato muy divertido que no se hizo largo en absoluto, y que nos dejó a todos con ganas de una misión más. Por supuesto, falta por ver si seguirá siendo igual de divertido con varias horas a su espaldas, cómo responde la progresión y, sobre todo, si el público apoyará un título de estas características con gigantes como Borderlands 4 a la vuelta de la esquina. Eso sí, si os llaman este tipo de propuestas cooperativas, y echáis de menos las sensaciones de una de las obras más míticas de Valve, merece la pena seguirle la pista a Toxic Commando.
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La noticia
Creía que nada superaría a Left 4 Dead 2, pero acabo de encontrar al heredero espiritual que llevábamos 10 años esperando. Toxic Commando me ha abierto los ojos
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Alejandro Morillas
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