por elmostrador
3 de julio de 2025
La depresión posparto afecta a 1 de cada 5 mujeres en Chile, pero el ejercicio durante el embarazo puede reducir significativamente ese riesgo. Moverse con regularidad mejora el ánimo, regula el estrés y fortalece la salud mental antes y después del parto.
La llegada de un bebé puede generar diversas emociones desde el entusiasmo, la alegría y felicidad, pero también pueden aparecer emociones como el miedo, la ansiedad y la incertidumbre.
Sin embargo, también puede ocurrir algo que para muchas personas es una situación completamente nueva: la depresión posparto. Posterior al nacimiento de un bebé, la gran mayoría de las madres y personas con capacidad de gestar, que recientemente dieron a luz, suelen experimentar síntomas como la melancolía posparto, la que suele incluir cambios en el estado de ánimo, episodios sistemáticos de llanto, ansiedad e, incluso, dificultad para dormir.
En nuestro país, la depresión posparto es considerado un problema de salud pública.
En Chile, la depresión postparto es considerada un problema de salud pública. Se estima que entre un 8,8% y un 9,2% de las mujeres experimentan este problema de salud mental, pero la situación se vuelve aún más delicada en el periodo posparto: a los dos meses del nacimiento, la prevalencia puntual puede alcanzar cifras tan altas como el 20,5% e incluso el 36,7%.
Esto significa que una de cada cinco mujeres en nuestro país podría experimentar depresión posparto. Sin embargo, existe una actividad que puede practicarse durante el embarazo y que podría reducir ese riesgo: el ejercicio y la actividad física.
Así lo respaldan diversas investigaciones publicadas en revistas científicas como Journal of Affective Disorders y BMC Pregnancy and Childbirth, que han demostrado que las mujeres que se mantienen activas físicamente durante el embarazo presentan una menor incidencia de síntomas depresivos en el periodo posparto.
Según estas publicaciones, realizar ejercicio de forma constante ayuda a regular los niveles de cortisol, la hormona asociada al estrés. A largo plazo, estos altos niveles de estrés pueden tener efectos negativos que van desde el aumento de peso hasta trastornos del sueño, afectando el estado de ánimo tanto de las madres como de personas con capacidad de gestar.
Comenzar a mover el cuerpo
Es así como el ejercicio mejora la autopercepción del cuerpo y refuerza la seguridad en una misma. Incluso, existen proteínas especificas que ac
Así, el ejercicio mejora la autopercepción del cuerpo y refuerza la seguridad en una misma. De hecho, hay proteínas específicas que se activan con el ejercicio, como el factor neurotrófico derivado del cerebro, que genera un impacto positivo en la salud mental.
Constanza Szalay, directora de Mamá Activa, explica que el ejercicio físico “influye positivamente en la secreción de neurotransmisores como la dopamina, serotonina y endorfinas, involucradas en los estados de ánimo y sensación de bienestar”.
El ejercicio regular durante y después del embarazo puede ayudar a prevenir o reducir la depresión posparto, especialmente cuando se complementa con apoyo social y otras intervenciones. Diversos estudios han demostrado que mantenerse activa en este periodo disminuye significativamente el riesgo de depresión posparto.
¿Cómo hacerlo? desde Mamá Activa, recomiendan lo siguiente:
- Siempre que no haya contraindicación, se recomienda realizar mínimo 150 minutos semanales de actividad física moderada, la cuál permita a la embarazada mantener una conversación fluida mientras la practica.
- Idealmente, es recomendable aumentar el movimiento a diario y comenzar de ejercicios básicos a más complejos, respetando siempre las modificaciones musculoesqueléticas de cada etapa del embarazo.
- Los ejercicios posturales y de fortalecimiento de la zona media, son vitales en la primera etapa del embarazo, para afrontar las mayores modificaciones físicas que se producen a partir de la semana 20 de gestación. Por otra parte, el ejercicio de fuerza y aeróbico promoverá un ambiente metabólico óptimo para disminuir las probabilidades de desarrollar diabetes gestacional o síndromes hipertensivos.
- Las sesiones deberían durar máximo 60 minutos. Las mujeres que acostumbran a entrenar más de ese tiempo, es importante que acompañen sus entrenamientos con una asesoría nutricional, para evaluar los tiempos de comida, antes, durante o post entrenamiento. Con esto se asegura la adecuada ingesta de nutrientes, sin arriesgar la salud fetal ni materna.