por ComputerHoy
2 de julio de 2025
Cuando llega el verano, resulta inevitable que crezca una amenaza asociada al calor, las vacaciones y el tiempo estival: los robos en viviendas. Como es natural, los ladrones acostumbran a fijase mucho en aquellas casas que están vacías. Y no solo por detalles como que haya gente saliendo o entrando o si las persianas están subidas o bajadas. El WiFi puede ser bastante chivato en ocasiones.
Es algo que a muchos usuarios se les acostumbra a pasar por alto, pero que no carece de importancia. Más allá de que los asaltantes más hábiles sean capaces de emplear la señal como método para desinstalar servicios de seguridad inalámbricos, existe una amenaza incluso más sencilla: pueden detectar si realmente hay o no alguien en casa. Te contamos la forma en la que lo hacen.
Los ladrones espían el WiFi antes de robar en casa
No hace falta ser un experto en ciberseguridad para saber que cualquier router WiFi emite señales de forma constante. Por eso, si no se es precavido, los ladrones pueden espiarlas para saber cuándo los ocupantes de una vivienda están o no en casa. Incluso si una red está protegida, los móviles, tablets o los televisores siempre responden a lo que se llaman solicitudes de conexión.
Dicho de otra forma, incluso sin ser un hacker de primera, un atacante tiene la posibilidad desde el exterior de detectar cuántos dispositivos de este tipo están conectados en cada momento. De esta forma, es como si viesen desde la calle los detalles del interior. Sin ir más lejos, se pueden analizar los patrones de tráfico para saber si alguien está usando Internet.
¿Y para qué sirve esto desde un punto de vista práctico? Tan sencillo como para que los delincuentes sepan si hay alguien en un domicilio o si sus ocupantes se han marchado de vacaciones. De hecho, distintos estudios y ejemplos que circulan por lo largo y ancho de todo Internet, demuestran que los cambios en las señales WiFi pueden revelar directamente movimientos humanos.
Es lo que de un tiempo a esta parte se conoce entre los expertos como "Wi-Fi sensing". Muchas compañías y agencias especializadas en seguridad emplean estas técnicas con el fin de mejorar sus servicios, pero claro, también los ladrones tienen la capacidad de acceder con facilidad. Gracias a ellas pueden percibir personas caminando o puertas que se abren y se cierran en una casa, por ejemplo.
Un peligro para cualquiera en verano
Lo peor de todo este asunto es que, aunque de primeras todo pueda sonar muy sofisticado y tecnológico, en realidad no es tan complicado. Vamos, que cualquiera un poco mañoso y con unos conocimientos mínimos en la materia puede usar el WiFi de una casa para descubrir si sus dueños están o no dentro. Algo fundamental para los delincuentes a la hora de elegir objetivos.
Un atacante no necesita un equipo especialmente caro ni sofisticado: con un portátil cualquiera, una antena WiFi relativamente potente y un software concreto, puede rastrear redes, dispositivos y analizar patrones en un rango de entre 100 y 300 metros. O lo que viene a ser lo mismo: distancia más que suficiente para analizar un domicilio sin que sus propietarios sospechen lo más mínimo.
Teniendo en cuenta todo esto, ¿qué puede hacerse a la hora de irse de vacaciones? Por ejemplo, cambiar el nombre del WiFi para que este no revele tu marca de router o vivienda. Por no hablar de que hoy en día existen muchas apps que permiten de forma remota que dispositivos están conectados. No es infalible, ni mucho menos, pero si alguien se conecta, tal vez puedas verlo.
Por supuesto, no se trata de lo único que hay que tener en cuenta antes de marcharse de viaje. La propia Guardia Civil aconseja no quitar del todo la luz, sobre todo si se tiene timbre eléctrico, porque es otra cosa que los ladrones pueden aprovechar a su favor.
Por no hablar de lo más importante de todo: no dar pistas en redes sociales. Hay mucha gente que anuncia dónde se va a ir durante el verano, o sube fotos aquí y allá a Facebook, Instagram o donde sea. Por divertido que pueda ser, en realidad es casi como si se estuviera dando un mensaje a los ladrones: no estamos en casa, podéis venir.
Mejor tener un poco de paciencia y compartir ese material después, cuando ya se vuelva a la rutina. O no hacerlo, ya que la seguridad, al fin de cuentas, debe ser siempre lo primero, y más aún en los tiempos que corren.
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Etiquetas: WiFi