por ComputerHoy
16 de julio de 2025
El verano es una estación que siempre tiene un nosequé de nostálgico. Sus noches, sus relaciones amorosas, las vacaciones… todo termina por impregnarse en la memoria de la gente como nada más lo hace. Por eso, no solo es una buena época para disfrutar de los blockbuster estivales habituales, sino también de otros clásicos perfectos que volver a recordar, como son los del Studio Ghibli.
Porque, si se mira con cierta perspectiva, es fácil darse cuenta de algunas de las películas más famosas llevadas a cabo por Hayao Miyazaki y compañía encajan como un guante con este momento. A continuación, te dejamos cinco ejemplos de ello, que cualquier apasionado a la animación japonesa de calidad puede disfrutar, tenga la edad que tenga.
Puedo escuchar el mar (1993)

Se trata de una de las películas menos conocidas del Studio Ghibli, pero también de una de las mejores. Quizá el hecho de ser menos célebre radique en que fue realizada directamente para la televisión japonesa, y por lo tanto no se distribuyó en cines. Aún así, este hecho disminuye ni un ápice su calidad.
Gran parte de la película, que está centrada en la juventud, los primeros amores y la nostalgia, se ambienta durante las vacaciones de verano. Seguro que más de uno que haya experimentado una situación similar se siente identificado con sus protagonistas.
Recuerdos del ayer (1991)

Otra estupenda película del Studio Ghibli cargada de nostalgia, menos conocida que algunos de sus clásicos, como La princesa Mononoke o El viaje de Chihiro, pero que resulta especialmente recomendable. Por supuesto, el verano está muy presente.
Taeko, una mujer de 27 años, deja Tokio para pasar unas vacaciones trabajando en el campo. Mientras cosecha flores, recuerda episodios de su infancia, mezclando el presente con sus memorias del pasado.
Susurros del corazón (1995)

En este caso, la película transcurre en pleno verano japonés y muestra la vida de Shizuku, una adolescente que descubre su pasión por la escritura mientras navega el primer amor y los dilemas vocacionales. El calor, el letargo de las vacaciones, el deseo de descubrir algo más grande... todo está ahí.
Como algunas otras películas del Studio Ghibli, esta obra evoca ese momento exacto en el que uno deja de ser niño y empieza a tomar decisiones adultas. Y es que, a veces, un solo verano puede llegar a cambiar a cualquiera.
Ponyo en el acantilado (2008)

Una de las películas más originales de Hayao Miyazaki, y quizá también una de las más infantiles… con matices. El film cuenta la historia de una criatura marina que desea convertirse en humana para vivir con un niño llamado Sosuke, un poco en plan La sirenita, pero con el sello indiscutible de su autor.
Si tienes ganas de ver el mar sin salir de casa, la animación es tan increíble como de costumbre.
Mi vecino Totoro (1988)

Una de las mejores películas del Studio Ghibli y, en este casi sí, uno de sus éxitos más reconocidos en todo el mundo. En ella se mezclan realidad, drama y fantasía, mientras se muestra un lado de Japón más rural y tradicional que de costumbre.
En general, todas estas son grandes películas, capaces de transmitir mucho a los espectadores. Y si es durante una noche de verano, con su propia magia, mejor que mejor.
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