5 de septiembre de 2025
Si estamos preocupados porque nuestros electrodomésticos gasten lo menos posible, las etiquetas de eficiencia energética son uno de los indicadores más inmediatos a la hora de saber tanto el futuro consumo de electricidad y de agua de nuestros equipos como los niveles de ruido.
Es un sistema gráfico estandarizado pensado en teoría para poder observar de forma rápida y sencilla las características más relevantes de nuestra futura compra y enterarnos de la información más destacada en cuanto a consumo se refiere sin tener que andar consultando el manual de instrucciones.
Sin embargo, en pocos años su evolución constante puede resultar confusa para muchos usuarios, ya que los fabricantes van desarrollando productos cada vez más eficientes que las dejan obsoletas cada poco tiempo y tenemos que acostumbrarnos a los nuevos formatos con nomenclaturas diferentes muchas veces sin saber qué indicador es mejor o peor.
Vuelve el caos a las etiquetas de eficiencia energética

En 2021 las clásicas letras "A+", "A++" y "A+++" a las que muchos de nosotros ya estábamos acostumbrados desaparecieron para que comenzaran a implantarse unos nuevos diseños propuestos por la Unión Europea que parecían serían de lo más duradero ya que endurecían los requisitos técnicos para evaluar la eficiencia energética.
Se proponía una nueva escala y nuevo formato de valoración de los consumos que hacían que las cifras mostradas en las etiquetas antiguas ya no coincidieran con las nuevas, aunque se tratase del mismo electrodoméstico. Era un cambio al que tendríamos que acostumbrarnos, olvidándonos de los apellidos "+" y volviendo a una escala simple de letras con colores entre la "A" en verde que representa a los aparatos más eficientes, y la "G" en rojo que representa a los dispositivos menos eficientes.
Cuando se realizó el cambio se dejó la categoría "A" vacía, es decir, sin que ningún electrodoméstico fuera capaz de alcanzarla, a la espera de nuevos productos más eficientes que llegarían en los próximos años. De hecho, según la propia normativa, las etiquetas no serían revisadas hasta que el 30% de los productos recibieran la máxima clasificación (A) o cuando el 50% estuviera en las franjas A y B.
Pero toda esta clasificación ha ayudado a aumentar aún más el nivel de confusión, ya que los avances tecnológicos en eficiencia energética han hecho que en los últimos tres años se hayan superado con creces dichas clasificaciones, teniendo los fabricantes que añadir nuevos "apellidos no oficiales" a las letras.

Durante la IFA 2022 se anunciaron algunos electrodomésticos de los principales fabricantes que mostraban unos curiosos carteles al exhibir sus productos de nuevo lanzamiento por aquel entonces que nos hicieron dudar cuando los vimos sobre qué tipo de etiqueta se estaba usando.
En la mayoría de los casos el patrón era el mismo, la etiqueta nueva con la clasificación energética de 2021 en la que se marcaba claramente una categoría "A", la máxima posible hasta entonces inalcanzable, y al lado un "apellido" similar a "-10%", "10% extra", "20% extra" o similar que venía a indicar que esa evaluación había sido superada.
Y la situación ha ido ampliándose y complicándose año tras año. Por ejemplo, esta temporada en la IFA 2025 hemos visto el caso más extremo hasta ahora, una lavadora de Samsung con la etiqueta "A -65%" que según el fabricante consume un 65% menos de energía que los requisitos mínimos de eficiencia energética para la clasificación de clase "A" en el mercado europeo. Otro ejemplo lo tenemos en Bosch, que ha presentado la secadora Serie 8, que reduce un 43% el consumo energético.
Es decir, los fabricantes ya han comenzado a vender electrodomésticos que llegan a la máxima eficiencia energética contemplada por las etiquetas (la "A") e incluso han superado dichos requisitos con cifras que llegan ya hasta el 65% en algunos casos.
¿Qué supone esto para el consumidor? Pues más lío, porque no basta con saber la clasificación básica de letras, sino también nos toca volver a lidiar con los apellidos "no oficiales" como "-10%", "10% extra", "20% extra", "A -55 %", etc.
¿La solución a este jaleo de letras y números? Pues no está clara. De momento los fabricantes están añadiendo esa coletilla al lado de la etiqueta informando sobre el grado de mejora con respecto a la máxima calificación. Pero si esto se convierte en una costumbre casi es mejor volver a las clásicos "+", "++" y "+++" que ya teníamos mejor asimilados.
Más información e imágenes | Unión Europea
En Xataka Smart Home | Entendiendo el caos de las etiquetas de clasificación energética: en qué se diferencian las nuevas de las anteriores
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La noticia
Las nuevas etiquetas de clasificación energética prometían ser más fáciles de entender, pero ahora el lío es incluso más grande
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Xataka Smart Home
por
Paco Rodríguez
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