por Hipertextual
4 de julio de 2025
Sin duda, la gran novedad de Jurassic World: El Renacer es el objetivo con el que sus nuevos protagonistas se adentran entre los dinosaurios. Esta vez no buscan la forma de exhibirlos, sino que quieren conseguir algo más grande de ellos. Una medicina capaz de salvar millones de vidas en todo el mundo. Un fármaco que solo puede conseguirse de la investigación de algunos de los animales más grandes del mundo. Pero no los de nuestra época, sino esos que, si no hubiese ocurrido todo lo de Jurassic Park, deberían estar extintos.
Esto lleva a un grupo de mercenarios, un paleontólogo y un directivo de una compañía farmacéutica a adentrarse en una zona más que restringida. Un lugar en el que, después de lo que ha ocurrido en las últimas décadas, se ha prohibido el acceso a cualquier humano, dejando a los dinosaurios vivir libremente.
Ya hemos visto que lo que ocurre en Jurassic World: El Renacer no es algo tan raro. Los reptiles llevan mucho tiempo siendo una gran fuente de inspiración y recursos para la industria farmacéutica. Ahora bien, ¿tiene sentido todo lo que explican en la película sobre los animales más grandes del mundo? La realidad es que sí, aunque, lógicamente, también hay bastante ficción.
El poder antienvejecimiento de los animales más grandes del mundo
La compañía farmacéutica que emprende la misión de Jurassic World: El Renacer está buscando un fármaco para tratar dolencias del corazón. Sin duda, una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial. Creen que los animales más grandes del mundo pueden ser candidatos ideales para el desarrollo de su medicamento, ya que, en palabras del doctor Henry Loomis, interpretado por Jonathan Bailey, “cuanto más grandes eran, más grandes eran sus músculos cardíacos”.
Esto les lleva a querer extraer sangre de 3 de los animales más grandes del mundo y de todos los tiempos: uno marino, otro terrestre y otro aéreo. Respectivamente, el mosasaurio, el titanosaurio y el quetzalcoatlus.
En la actualidad, esos animales están más que extintos y no podemos saber gran cosa sobre su corazón. De hecho, si bien en el año 2000 se habló de que, por primera vez, se había logrado estudiar el corazón de un dinosaurio, con el tiempo se descubrió que aquello que parecía un corazón fosilizado en realidad era arena endurecida.
Pero sí que se ha estudiado el corazón de la ballena azul, el animal más grande del mundo que aún vive. Con sus 30 metros de largo y sus 180 toneladas de peso, es sin duda un animal colosal. Un cuerpo tan grande, lógicamente, aloja mucha sangre, unas 10 toneladas aproximadamente. Se necesita un músculo cardíaco muy potente para bombear todo ese líquido por un cuerpo tan enorme. Por eso, tiene el que podría considerarse el corazón más potente del mundo. Pero esa no es su única gran virtud.
También es un corazón muy elástico, ya que es capaz de adaptar sus latidos a las necesidades del animal. Cuando se sumerge, necesita conservar la mayor parte de oxígeno en su sangre, por lo que bombea despacio, entre 2 y 10 latidos por minuto. En la superficie, en cambio, aumenta el ritmo cardíaco, aunque sigue siendo mucho mayor que el de un humano e inmensamente superior al de un animal pequeño, como un ratón.
Se cree que todo esto se consigue gracias a una aorta de contracción lenta, que se adapta muy bien a los cambios. ¿Serviría de algo estudiar sus genes y aplicarlos a fármacos para humanos? Posiblemente no, porque no deja de ser un animal adaptado a su tamaño y sus circunstancias. Eso, quizás, es lo que falla en Jurassic World: El Renacer. Aunque sí que es cierto que los animales más grandes del mundo tienen mucho que enseñarnos.
Otros motivos de la elección de Jurassic World: Rebirth
Es cierto que los animales más grandes del mundo suelen ser más longevos, además de tener mejor fecundidad y salud. No es raro que en Jurassic World: El Renacer les pareciese un buen nicho que investigar.
Dejando a un lado a los extintos, actualmente tenemos ejemplos en ambos extremos. La ballena de Groenlandia, con sus 18 metros de largo, suele vivir unos 200 años. En cambio, el ratón común, con sus 21 centímetros de longitud incluyendo la cola, no suele pasar de los 2 años.
En 2023, un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Campinas, en Brasil, estudió el ADN de 19 especies de ballenas con distintos tamaños, para intentar averiguar por qué los animales más grandes llegan a serlo y, sobre todo, cómo logran obtener todas sus virtudes. Se centraron en 9 genes relacionados de alguna manera con el tamaño corporal. Varios de ellos estaban vinculados a la vía de la hormona del crecimiento o el factor de crecimiento insulínico. Así, vieron que hay cambios en 4 de estos genes que están directamente relacionados con el hecho de que una ballena evolucione hacia el gigantismo.
Esto normalmente ocurre cuando hay muy buenos recursos. Algunos de los animales más grandes del mundo llegaron a serlo cuando se mantuvieron en lugares propicios, como una isla con poca competición y muchos alimentos. O, en el caso de las ballenas, en océanos con temperaturas muy estables, que no hacían necesario un gran gasto de energía en la regulación del calor corporal.
Vale, ¿pero por qué viven tanto?
Tanto aquellos científicos brasileños como otros investigadores creen que la longevidad de los animales más grandes del mundo está relacionada con su metabolismo. Normalmente, los animales de mayor tamaño tienen un metabolismo más lento. Posiblemente también lo tendrían los dinosaurios y animales prehistóricos que aparecen en Jurassic World: El Renacer.
Una parte importante del metabolismo aerobio es la respiración celular, en la que se pone en marcha un sistema de las mitocondrias conocido como cadena de transporte de electrones. Así, se obtiene energía para el buen funcionamiento de la célula; pero, como respuesta, se generan unas moléculas conocidas como especies reactivas de oxígeno, con un gran poder oxidante. A la larga, pueden dañar el ADN, causando envejecimiento celular y propiciando enfermedades como el cáncer. Es cierto que hay sistemas naturales en el organismo de la mayoría de animales que revierten estos efectos, pero a la larga no son infalibles.
Por eso, el hecho de que los animales más grandes del mundo tengan un metabolismo más lento es beneficioso para ellos. Menos especies reactivas de oxígeno supone menos oxidación y menos envejecimiento.
Aunque aquí entra en juego una paradoja, conocida como paradoja de Peto. Los animales más grandes viven más tiempo, por lo que tienen más tiempo para desarrollar cáncer. Además, tienen más células, que podrían descontrolarse al dividirse, aumentando aún más el riesgo de cáncer. Sin embargo, los animales más grandes del mundo a menudo son los que menos cáncer desarrollan. Esto se debe, por un lado, a esa ralentización del metabolismo que hemos visto, pero también, en muchos casos, a tener unos sistemas de reparación del ADN mucho más infalible. Los elefantes, por ejemplo, tienen una gran cantidad de genes supresores de tumores. Dado que son el animal terrestre más grande del mundo, todo tiene sentido.
En definitiva, sí, los animales más grandes del mundo son seres vivos muy interesantes, de los que quizás podríamos extraer información útil para el desarrollo de fármacos en humanos. No es necesario buscar animales prehistóricos, como en Jurassic World: El Renacer. A veces tenemos lo que necesitamos en frente de nuestras narices. Esa es otra de las maravillas de estar rodeados de una gran biodiversidad y uno de los motivos primordiales para velar por ella.