por ComputerHoy
6 de agosto de 2025
La irresponsabilidad en el uso de una primera generación de inteligencia artificial limitada y llena de alucinaciones, parece no tener límites. Si ya es preocupante que se utilice para hacer los deberes, consultar problemas mentales o criar a un bebé, lo del primer ministro sueco es insuperable: utiliza ChatGPT como consejero de gobierno.
En una entrevista en el medio local Dagens industri, Ulf Kristersson, primer ministro de Suecia, asegura que "yo mismo lo utilizo bastante a menudo (a la hora de gobernar). Aunque sólo sea para tener una segunda opinión. ¿Qué han hecho los demás? ¿Y deberíamos pensar todo lo contrario?".
También asegura que además de ChatGPT, emplea LeChat, la IA de la compañía francesa Mistral.
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Como era de esperar, las críticas le han llovido desde todos los sitios, incluido su propio partido. Curiosamente, la mayoría de ellas no se centran en que la IA falla, sino en el problema de seguridad nacional que supone.
El periódico Aftonbladet, uno de los más importantes del país, ha acusado a Kristersson de dejarse arrastrar por el bombo publicitario de la inteligencia artificial promovido por poderosas empresas tecnológicas extranjeras. Le acusa de exponer la política sueca a influencias económicas y geopolíticas externas, según recoge The Guardian.
Virginia Dignum, destacada investigadora en IA y profesora de la Universidad de Umeå, critica que como más se usa en la IA, más se confía en ella sin dudar.
"Cuanto más se confíe en la IA para cosas sencillas, mayor será el riesgo de un exceso de confianza en el sistema. Es una pendiente resbaladiza. Debemos exigir que se garantice la fiabilidad. No votamos por ChatGPT", asegura la experta en IA.
Jakob Ohlsson, consultor de IA, ha llamado al primer ministro "poco instruido". No entiende cómo se puede confiar decisiones de gobierno a un sistema que no entiende, gestionado por una empresa que no controla, y alojada en servidores de un país con un futuro político incierto:
"Incluso las consultas aparentemente inocuas, pueden proporcionar suficiente información para que los adversarios espíen las estrategias del gobierno".
Ante las críticas, el portavoz del gobierno, Tom Samuelsson, ha tenido que salir al paso: "Naturalmente, no se trata de información sensible desde el punto de vista de la seguridad. Se utiliza más bien como referencia", ha dicho. No lo ha arreglado mucho.
Quién le dice al niño que no emplee ChatGPT para que le haga los deberes, si hasta el primer ministro sueco lo usa para gobernar. Somos ya, voluntariamente, esclavos de la IA, antes de que la verdadera revolución haya comenzado.
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