por IGN España
6 de agosto de 2025

En el último Nintendo Direct, centrado en los títulos third party, no pasó desapercibida la apuesta de la Gran N por el RPG en todas sus formas. Juegos como Octopath Traveler 0 o The Adventures of Elliot destacaron por su HD-2D y su planteamiento, pero ha habido otros que, gracias a las mejoras que han recibido para Switch 2, también se convierten en una opción muy atractiva para disfrutar de la funcionalidad híbrida de la máquina. Es el caso de Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven, un título que salió en septiembre del año pasado, y que vuelve en su mejor forma posible para tener una segunda oportunidad de encandilar a los fans del género con su particular propuesta.
Si os gusta el JRPG por turnos clásico, y buscáis un título que introduzca ciertas novedades a sus esquemas, Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven es una forma fantástica de introducirse en una serie mítica. Un juego que, a pesar de contar con más de 30 años a sus espaldas, a nivel conceptual presentaba ideas que siguen resultando originales y potentes en el contexto actual.
Una dinastía de héroes

La versión de Switch 2 es la mejor forma de disfrutar de este remake
Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven salió originalmente en Super Famicom allá por 1993, convirtiéndose en un clásico instantáneo del género gracias a su historia y sus fabulosos diseños. En 2017 se lanzó un remaster del título original, respetando su pixel art y dirección artística. El año pasado, se lanzó esta versión, un remake total de la propuesta, cambiando no solo su apartado gráfico, sino añadiendo también novedades jugables de peso, como nuevas secciones de la historia y añadidos al sistema de combate. Nuestro compañero Rafa pudo analizarlo en su momento, destacando la modernización de un título que, a pesar de su sabor retro, se sentía único gracias a las mecánicas que implementaba.
Para empezar, su narrativa introduce elementos muy curiosos, especialmente teniendo en cuenta su antigüedad. En Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven no controlaremos a un solo héroe, sino a toda una dinastía de ellos. Encarnando a la familia real del reino de Avalon, rápido descubriremos que el protagonismo del juego va mucho más allá de un individuo y de su party. Tendremos que controlar a toda una estirpe real, y dentro de la misma tendremos que ir seleccionando, a medida que avance la historia, quién queremos que sea el sucesor del trono en cada momento. Lo interesante es que cada heredero será mucho más fuerte que el anterior, ya que además de sus propias características, hereda las habilidades y fortalezas de su antecesor; puede verse como una versión más orientada hacia la esfera narrativa de lo que ya proponían en su momento los estupendos Rogue Legacy, pero no deja de ser muy curioso encontrar una mecánica así en un JRPG tradicional por turnos, máxime con la importancia que se le suele dar al personaje principal habitualmente.

Es cierto que sus combates por turnos, a primera vista, parecen extremadamente clásicos y sencillos, pero no os dejéis engañar: son muy exigentes y con una cantidad inmensa de posibilidades. Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven cuenta con más de 30 clases posibles para sus personajes, cada una con sus propias fortalezas y habilidades que tendremos que ir combinando, ya que el juego nos obligará a estar constantemente adaptándonos; los combates suelen ser contra grupos muy grandes de enemigos, que además quitan mucha vida, por lo que tenemos que tener siempre preparadas formas de contrarrestar cualquier tipo de rival. Mezclad eso con la posibilidad de distribuir a nuestra party en formaciones específicas con diferentes bonus, una línea de tiempo para los turnos (fundamental de dominar para maximizar los ataques en grupo) y alquimia/fusión de habilidades, además de desarrollo de armas y armaduras.
Por si fuera poco, el juego añade una mecánica muy interesante para aprender nuevas habilidades: la inspiración. De forma parecida a la progresión en obras como Skyrim, aquí potenciaremos las armas y habilidades a las que más uso demos. No solo eso, sino que a medida que empleamos más ciertos ataques, aparecerá en el menú una bombilla a su lado al utilizarla contra ciertos enemigos. Si seguimos usándolos, a nuestros personajes se les ocurrirán en mitad de la batalla nuevos ataques relacionados con ese que han dominado, y pasarán a formar parte de su repertorio. Es una forma divertida, más orgánica y diferente de gestionar el aprendizaje de nuevas habilidades en un JRPG.

Además, el juego no solo tiene una fuerte carga narrativa y de combates por turnos, sino que también tiene un componente de gestión del reino muy interesante; no solo podremos obtener mejoras para el mismo, sino que tendremos que tomar decisiones que afectan de forma directa al argumento; de las elecciones que tomemos, dependerá no solo la evolución del mundo, sino también aspectos como el reclutamiento de ciertos aliados. Por supuesto, aquí también tiene una gran importancia la mecánica de la sucesión de herederos que mencionamos antes.
Es cierto que Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven tiene también ciertas asperezas, como una dirección artística que pierde encanto con respecto a su pixel art original (aunque este aspecto más amigable y actual llamará la atención de las nuevas generaciones mucho más fácilmente) o la ausencia de aspectos de calidad de vida ya muy habituales, como la posibilidad de modificar la velocidad de los combates. También cabe destacar, por otro lado, la estupenda localización al castellano que presenta en sus textos, o su estupendo doblaje tanto en japonés como en inglés.
Si jugasteis la versión en la primera Switch, las mejoras a nivel técnico son importantes y evidentes. Se ha aumentado mucho la resolución (1440p en televisión, 1080p en modo portátil) y se han conseguido unos 60 fps más o menos estables; aunque el juego no era de por sí un portento visual, esta nueva suavidad en el gameplay le sienta estupendamente bien. También se han acortado de forma destacable los tiempos de carga, especialmente al empezar los combates, algo fundamental en un juego con tantos encuentros como este. Para un JRPG de estas características, se hacía muy incómodo jugarlo en las condiciones que ofrecía la anterior máquina de Nintendo; es uno de estos casos en los que, si realmente te gusta el juego, merece la pena hacerse con el Upgrade Pack de Switch 2, ya que no solo lo equipara casi al mismo nivel de las otras versiones, sino que añade de forma efectiva y funcional las características portátiles de la máquina.
Es precisamente gracias a que puede disfrutarse de forma híbrida en estas condiciones, con esta actualización, lo que hace que Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven para Switch 2 sea la mejor forma de disfrutar de este clásico atemporal; aunque su apartado técnico no está a la altura de otras propuestas similares de la actualidad, este remake es una puerta de entrada más accesible, tanto a nivel visual como jugable, que su remasterización de 2017. Además, se ha lanzado para todo el mundo un nuevo parche que introduce ajustes de balanceo de habilidades y armas, además de otras mejoras visuales para los menús, de ciertas secciones del título e incluso de calidad de vida.